Cuando los recursos para poder costear los estudios superiores no están, muchos jóvenes se ven obligados a trabajar durante sus ratos libres. Este el caso de Melissa Mainier, quien como tantos universitarios, trabajaba garzoneando en un restaurante de Pennsylvania, en Estados Unidos.
Hasta ese lugar, llegaba frecuentemente Benjamin Olewine, un empresario millonario de 92 años, cuyo patrimonio lo forjó en el rubro de la distribución de alimentos. El hombre, quien actualmente se dedica a la filantropía ayudando a hospitales, se enteró de que Melissa pasaba por problemas económicos y que no contaba con el dinero para poder pagarse su carrera de enfermería, por lo que decidió darle una mano y ofrecerse a pagar su arancel.
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