Los seres humanos somos cambiantes por naturaleza y es que a medida que vamos evolucionando, nuestros intereses van mutando. Este es el caso de los cumpleaños, ya que cuando somos niños amamos esta celebración y nos parece sencillamente lo máximo, ya que recibimos regalos, comemos torta y sobre todo, estamos más cerca de ser "grandes" (vemos la adolescencia y adultez como si fueran la gran cosa). Pero cuando pasan los años y las velitas dejan de caber todas en una sola torta, el tema de tener un año más no nos hace gracia, sino más bien todo lo contrario. Cuando estás a pasos de los 30, la sensación de incertidumbre se apodera de ti porque no sabes hasta qué punto deberás cambiar para "encajar" con tu edad. También está la presión social de lo que se debe hacer cuando tienes 3 décadas versus lo que realmente quieres, pero lejos lo más extremo, es que te despides para siempre de la juventud para pasar a ser un adulto "de tomo y lomo". Si estás pisándole los talones al cambio de folio, a continuación 20 cosas que pasan por tu cabeza cuando te acercas a los 30.
1. Si estás soltero aún, te preguntas si es hora de "dejar de esperar" y forzar las cosas, poniéndote a polear con cualquiera que esté interesado en ti
2. Al contrario del ejemplo anterior, si llevas muuuuuuuuuuchos años de pololeo y no quieres formalizar la relación, te preguntas a ti mismo si es necesario hacerlo (incluso si no sientes la necesidad)
3. Nunca fuiste muy reflexivo ni te preocupaste demasiado por nada, pero cuando te acercas a los 30 el insomnio se convierte en el "invitado de piedra" de tu cama, ya que noche a noche piensas en todos esos problemas de tu vida que necesitas resolver
4. Si siempre te consideraste un "viejo o vieja chica" y actuaste haciendo lo correcto y en servicio de la razón, cuando sientes que se te acaba la época de ser joven, te entran unas ganas incontrolables de portarte mal, hacer lo que no se debe y probar todo lo que no probaste en "veintitantos" años de vida5. Tienes "veintisiempre" y aún te gustan los dibujos animados, los videojuegos y coleccionar figuritas. Estás en el dilema de no saber si debes dejar tus gustos "infantiles" de lado (aunque se te rompa el corazón) y comportarte como todo un adulto
6. Si te preguntan la edad y con quién vives, te da un poco de vergüenza admitir que aún dependes de tus viejos, porque a esa edad se supone que todos se independizan
7. Hasta ahora, nunca te preocupó tener un trabajo estable. Sin embargo, debido a que "los 30" están a punto de chocar contigo, sientes la urgente necesidad de demostrar que te la puedes (junto con el enorme miedo a convertirte en un fracasado)
8. En tu vocabulario nunca existió la palabra "arrugas". Pero cuando ya estás bien "pasadito" de los 20, te preocupas porque el reflejo que ves en el espejo tiene algunas marcas que antes no estaban en su cara
9. Empiezas a ver que tus amigos se titulan, hacen postgrados, ejercen y tú aún sigues en la universidad. Te entra el miedo de quizás ser "muy viejo" para estar estudiando todavía
10. Aunque nunca te ha interesado el tema de las pertenencias materiales, antes de llegar a los 30 te "hiperventilas" un poco porque descubres que aparte de tu consola y "enseres menores", la mayoría de las cosas que hay en la casa son de tus viejos
11. Siempre fuiste el fiestero de tus amigos y aún tienes espíritu de jolgorio. El problema es que con el pasar de los años ya casi nadie apaña, porque tienen sus propias responsabilidades. Por lo anterior, te cuestionas si será la hora de dejar partir a tu "amigo el carrete"
12. Al estar cerca de los treinta, llegas al dilema si serás del grupo que quiere ser "Peter Pan" y se quita la edad o asumirás dignamente la edad que tienes
13. En términos de estilo para vestir, el tuyo siempre ha sido bastante "peculiar", reflejo de años y años de esfuerzo (y paso por diversas tribus urbanas) para finalmente encontrar tu identidad. Sin embargo, al estar cerca de los 30, sientes que llegó la hora vestirse como persona "normal" (fome, aburrida y sin gracia)
14. No ahorras ni los 10 pesos que te sobran de cuando sales a tomar con los amigos, pero cuando estás "en la quemada" de los 30, te preguntas si ya es hora de hacerlo
15. Antes era fácil aguantarse la pena y el lloriqueo, pero cuando estás en la cuenta regresiva para llegar a los 30, te pones más "mamón" y hasta una película te hace llorar
16. Tus amigos ya están casados, con hijos o viviendo con sus parejas y a ti no te dan ganas ni de cuidar a tus sobrinos. Por ello, entras en la duda de si tu reloj biológico salió fallado, porque no sientes el llamado de la maternidad o paternidad
17. Tu discurso siempre ha sido el de él o la persona independiente que no necesita pareja y que ama su liberta y soledad. A medida que cumples años sigues amando tu espacio, pero comienzas a anhelar el tener un compañero de equipo para ir al cine a ver películas mamonas, conocer a sus viejos y poner en Facebook que estás "En una relación"
18. Antes comías y tomabas como marranito y no subías ni un gramo. Ahora descubres que si sigues con tus hábitos alimenticios de jovenzuelo, no te entrará ni la polera más ancha de tu clóset (al acercarse a los 30, varios pierden el superpoder de no engordar)
19. Cuando eras peque, veías los 30 como una época muy muy lejana. Cuando estás cerquita de las 3 décadas, te da por leer tus viejas cartas, agendas, tarjetas y cuadernos con dedicatorias y caes en la cuenta de lo mucho que has cambiado con el pasar de los años
20. Pero no todo es malo, porque miras fotos de cuando eras joven, crédulo e ingenuo y descubres que estás "como el vino"
Después de todo un análisis denso y cabezón de todo aquello que implica cumplir años, llega a ti la respuesta para todos los "rollos" que te pasas antes de cumplir los "impronunciables" 30 . No puedes vivir tu vida en función de los años que tienes, debes vivirla según lo que te diga tu esencia, tu corazón y siempre pensando en tu felicidad. Ser adulto no necesariamente es sinónimo de amargado.
Portada CC judyboo