Actualmente, el voluntariado se ha diversificado y se ha instaurado como una forma de participación dentro de la comunidad universitaria. Es por ello que mediante el presente artículo se analizarán los pro y contra que tiene para los universitarios la participación en un programa de voluntariado. Para ello, me basare en una experiencia personal- donde les relataré mis sensaciones y aprendizajes a la hora de ser voluntaria del Programa Servicio País.
Les cuento, durante mi tercer año de universidad estuve vinculada a la Fundación para la Superación de la Pobreza. Una vez a la semana debía realizar tutorías micro grupales a niños de un Hogar del SENAME, junto a una compañera de universidad que me designaron. Tuve la oportunidad de trabajar con niños pre adolescentes, quienes habían sido derivados a esa institución por diferentes vulneraciones a sus derechos fundamentales. Esto implicó un gran desafío, ya que eran niños hiper sexualizados y un poco agresivos. Sin embargo, esa agresividad se fue atenuando y fui capaz de construir un lazo genuino con ellos. Las tutorías estaban orientadas- en una primera instancia- a conocer sus intereses y gustos. Junto a mi compañera de voluntariado descubrimos que a los niños les gustaban mucho los cortometrajes, por lo que creamos uno junto a ellos. La idea era que ellos mismos fueran los autores del guión y yo junto a mi compañera simplemente un medio, un puente para poder lograr este objetivo. La temática que eligieron fue el Bullying y durante las grabaciones se acercaron otros niños del hogar, quienes colaboraron activamente.
Para mí fue una experiencia muy gratificante que implico motivar y mostrarles nuevos mundos a los niños. Sin embargo, esta experiencia no está exenta de presentar pro y contras. En relación a los aspectos favorables del voluntariado me gustaría mencionar lo siguiente:
A.- Diálogo Interdisciplinario: Trabaje con estudiantes de diversas carreras universitarias, lo cual implicó un contacto con otras disciplinas. Eso no tan sólo fomento mi integración a la comunidad universitaria, sino que nutrió mi mirada respecto al trabajo con los niños. Tuve la oportunidad de generar una postura crítica y reflexiva respecto a la pobreza, vulneración de derechos infanto-juveniles y el voluntariado propiamente tal.
B.- Conocer otras realidades: Tuve la oportunidad de conocer realidades fuertes, de alta vulneración social. Los niños fueron capaces de abrirse conmigo respecto a vivencias traumáticas. Si bien implicó un desgaste emocional, valoro la posibilidad de reflexionar respecto a la pobreza y querer hacer algo al respecto. Conocer nuevas realidades implica un gran crecimiento como persona.
C.- Aportar a la sociedad: El hecho de estar ahí, de poder motivar al otro desde sus gustos, implica generar un aporte. Darle voz a los niños. Si bien no es un cambio radical, pienso que el cambio de actitud de algunos dentro del hogar habla un poco de la importancia de darle un espacio de participación a niños, cuya inocencia había sido robada.
Desde otra arista, me gustaría mencionar algunos aspectos que podrían ser desfavorables para la participación en un voluntariado:
a.- Tiempo: La acción social de calidad requiere tiempo y esto puede ir en desmedro con el estrés y el ajetreo universitario. Creo que nada es imposible y tal vez sea cosa de organización.
b.- Desgaste emocional: Yo recomendaría que si se está pasando por una etapa crítica en la vida, mejor no realizar un voluntariado con población vulnerable. En el hogar, fui testigo de situaciones y algunas actitudes de los niños que podrían descolocar a cualquiera. Pienso que para contener a un niño o a una persona dañada es importante estar íntegro o al menos sentirse de esa forma.
Luego de haber compartido mi experiencia como voluntaria de Servicio País, quiero finalizar comentando algunos mitos y verdades de esta labor tan linda. En primer lugar, existe el mito que el voluntariado implica evangelizar al otro. Es decir, prácticamente llegar y darles educación a un grupo que no tiene cultura y se comportan como animalitos. Eso es totalmente falso. Desde mi experiencia, puedo señalar que los niños no aprendieron tanto como yo de ellos. El voluntariado es una dinámica relacional que se construye con la gente y eso implica un crecimiento personal en quienes vivimos esta experiencia. Es una falta de respeto pensar en la lógica de los indios y los españoles. Número dos, me gustaría mencionar que el voluntariado no es necesariamente un apostolado o una actividad asistencialista. Claramente, depende del enfoque desde donde se trabaja, pero creo que como voluntarios podemos plantear el trabajo con las personas y no para las personas. Preguntar, conocer, indagar en los puntos de vista de una comunidad es fundamental para generar algún tipo de impacto, por muy mínimo que sea.
Para poner punto final al presente escrito, quiero mencionar que es una verdad que el voluntariado implica obligaciones, por lo tanto, si se quiere participar como voluntario el orden y la estructuración deben ser nuestros aliados. Pero, cuando hablo de obligación no me refiero tanto sólo a los deberes universitarios.
Es posible generar cambios a través del voluntariado en la medida que lo abordemos como una obligación nuestra como ciudadanos. El voluntariado consciente, reflexivo e intencionado nos permite promover un cambio social desde abajo, el cual es un aporte. Quizás los cambios no serán a corto plazo, pero podría ser una actividad que invite a la sociedad civil a implicarse, innovar y pensar en soluciones creativas para abordar problemáticas sociales que afectan a grupos prioritarios de nuestro país.
Imagen CC Francisco Osorio