Durante la etapa universitaria conocemos mucha gente diferente, pero si hay alguien con el que siempre nos toparemos, es con ese compañero al que al que le dan un poco de poder y se vuelve loco y detestable. En el caso de los ayudantes, hay quienes se mantienen con los pies muy bien puestos en la tierra, pero también están los que se creen profes.
Los principal función de los ayudantes es asistir a los profes, pero de ahí a creerse el docente, es algo muy distinto. En mi caso, conocí a uno que cuando tenía que hacerse cargo de las clases a las que el titular del ramo no podía llegar, gozaba con ese poco poder que tenía sobre todos nosotros, se tomaba atribuciones que no le correspondían y trataba de ser más cabrón que el mismo profe.
Así también, hay algunos ayudantes que se preocupan de hacerte la vida más fácil. Ah, ahora que me acuerdo, una vez conocí a uno que le soplaba al profe quien estaba copiando, para que este los sacara de la sala. Mal ahí.
Como existen muchos tipos de profes, están los que encuentran que tener ayudante está de más, y los que el ayudante definitivamente les salva la vida. Son estas las instancias en las que el alumno se empodera y cree tener facultades para hacer y deshacer en el ramo, pero al final lo único que hace es ganarse el repudio de sus compañeros, que lo ponen a la par con el profe cabrón.
Un beneficio que te puede traer, el ser amigo del ayudante, es que te ayudará con las notas y a conocer a l@s compañer@s de otros cursos, aunque en lo personal prefiero mantener esa distancia.
Imagen CC ArchiValladolid