Cuando estamos en nuestra etapa universitaria, surgen pololitos que nos ayudan a financiar nuestros gastos y también nos sirven para tener un primer acercamiento con el mundo laboral. Uno de los empleos más comunes, entre estudiantes de educación superior, es el de promotor o promotora, porque no requiere demasiada especialización y además, en la mayoría de los casos es compatible con los estudios. Mi primer empleo fue de promotora de una marca de electrónica y como todo en la vida genera aprendizaje, a continuación les dejo 10 cosas que aprendí trabajando como promotora.
1. Que trabajar y estudiar (sobre todo en periodo de exámenes) no es tan fácil como lo pintan
2. A estar de pie por cantidades tiempo que parecen infinitas
3. 5 minutos más de sueño pueden hacer la diferencia
4. Que ir al mall todos los días no es entretenido
5. A hacerte la sorda cuando te preguntan algo que no sabes
6. Que en todos lados hay viejos jotes
7. No es buena idea ir a carretear después de clases, cuando al otro día tienes que trabajar
8. A buscar dentro de ti esa simpatía que está bien oculta, para que el cliente lleve el producto de tu marca
9. Que después de una semana comiendo chatarra en el patio de comidas, la comida de casa la lleva.
10. Que es bacán ganarse su propia plata
Bonus track: Que después de 10 horas de trabajo, el glamour se va bien lejos (a la punta del cerro)
¿Agregarías otra? Inclúyela en los comentarios.
Imagen CC abdallahh