¿Es justo el sueldo de un cientista político?

Cuando escuchamos que alguien estudia o estudió ciencias políticas, inmediatamente pensamos que algún día será un honorable parlamentario o se podrá la banda presidencial, pero en realidad, esta es una carrera nueva, que está de moda y en ascenso.

Como esta no es una carrera tradicional como Derecho, Ingeniería o Medicina, los sueldos aún no están acorde a lo que deberían ganar los cientistas políticos y sus rentas están por debajo de las de otros profesionales que tengan un grado de importancia similar.

Las relaciones de poder dentro de la sociedad, los análisis de procesos de estructuras o instituciones nacionales o internacionales son algunos de los objetos de estudio de un cientista político y es así como se observa el proceso político que adecua nuestra forma de vivir como personas políticas no participantes.

¿Cuánto gana un cientista político?

La vocación y hacer lo que estudiaste es importante, pero no por eso vamos a desmerecer una digna remuneración, siendo el sueldo un punto a considerar.

Durante los primeros años en el mercado laboral, un cientista político podría comenzar ganando cerca de los $700.000, llegando a ganar alrededor de $1.200.000 a los cinco años de experiencia.

El Ministerio de Educación en su portal para estudiantes que se aproximan a comenzar una carrera universitaria, aconseja a los futuros profesionales sobre los posibles sueldos que podrían llegar a ganar una vez que entren al mercado laboral

Si consideramos el grado de importancia para la sociedad de un cientista político y un médico, son relativamente similares, a diferencia de los sueldos que obtienen a los cinco años de experiencia. Un médico luego en sus primeros años fuera de la universidad, obtiene una remuneración mucho mayor al millón doscientos mil pesos que recibe un erudito en política.

El campo laboral que tiene un cientista político es diverso y amplio, puede entrar al sistema público y privado, igual que encontrar trabajo dentro y fuera del país. Donde podrá realizar consultorías, asesorar clientes, tanto políticas como jurídicas, evaluar políticas públicas, o bien, dedicarse a la docencia o a la investigación de proyectos propios.

Esta tareas las pueden llevar a acabo en diferentes instituciones gubernamentales o privadas, organismos internacionales, fundaciones, universidades y centros de estudios e investigaciones.