Ahora, en mi caso, hubo un chico que de pronto, sin saber que pasó, se retiró de la carrera. Quedamos muy extrañados pues era muy correcto, serio y tenía buenas notas. Muy pocos sabían que su verdadera vocación -gracias a su padre y abuelo- era ser marino. Y después de mucho tiempo nos vino a visitar vestido así. Obviamente el cambio fue instantáneo y se veía más contento y feliz que nunca pues era su verdadera vocación que, obviamente nadie condenó ni hizo mucho aspaviento de su decisión. Obviamente, como buen marino, accedió a las fotos de rigor gracias a la leyenda que surge de estas figuras que dan buena suerte y hasta lo encontraron más guapo. O sea, que más podía pedir.
Si usted tiene la duda mejor solucione y converse a tiempo con las personas que le podrían financiar esta carrera. Son caras y con muchas clausulas que hacen difícil salir de ellas. Es una decisión que, por sobre todo y que esto sea lo más importante, te llenará de orgullo a ti y tu futuro.
¿Es tu caso?
Imagen CC Ejército de Chile