La primera vez que la vio entrar en la sala de reuniones la miró hasta que se sentó. Ella lo vio, pero no le prestó mucha atención. Yo pensé que había sido una cuestión pasajera, pero de verdad quedó marcando ocupado.
Digo esto porque desde que lo conocí aquí en la pega se ha caracterizado por ser algo así como enamoradizo, no un patético de esos que se hace amigo para después declararse. No, es admirador de todo tipo de mujeres: “todas son hermosas, todas son poema y música”. (Cita textual, señoras y señores).
Pero con Valeska el flechazo fue profundo. Para la segunda reunión el Sergio se compró ropa nueva, y además un perfume. Estaba más nervioso que perro en bote, media hora antes de la reunión me dijo que iba a salir de la oficina y que le guardara un puesto justo en frente de su conquista.
Y así, este personaje entró diez minutos tarde haciéndose el casual con su pinta cero kilómetro, disculpándose por el retraso. Yo miré a Valeska y al parecer la cosa funcionó: lo siguió con la mirada hasta que se sentó frente a ella, él le sonrió y ella hizo el típico gesto que hacen las minas de “no me interesas, no existes”.
Fueron muchas reuniones, y mucha inversión en ropa por parte de mi compañero. A la cuarta reunión Valeska cedió a la coquetería. Hablaron un rato, se presentaron formalmente y así partió todo: mucha conversación en los pasillos, mucho after hour, mensajitos por los correos corporativos, y ninguno de los dos parecía querer salir antes del trabajo.
Después de dos meses todos habían notado que esos dos estaban empezando algo. Y como ambos son parte importante dentro de sus respectivas empresas, nadie le vio problema al romance.
Pero el coqueteo seguía y lo hacía de la manera más cursi. En una de las reuniones finales le pidieron al departamento de Sergio que preparara unos informes para los nuevos socios. Y este ‘romántico’ no encontró nada mejor que dejar un mensaje en la carpeta de Valeska.
El problema fue que Sergio asumió que ella se sentaría junto a él, pero no. Se sentó el jefe directo de este pelotudo, abrió la carpeta y encontró un post it que decía: “Mira lo que has hecho que he caído preso... – Sergio.”
El jefe no aguantó la risa y lo sacó a la luz delante de todos. No le veo problema a dedicar canciones, o citarlas, pero una canción de Chayanne me parece… no sé, curioso. Al final se bromeó un rato, felicitaron a la nueva/primera pareja de la empresa, y cuando finalmente se concretó la fusión pusieron esa canción en toda la oficina.