El apitutado es un personaje que forma parte de nuestra cultura. Están en distintas formas y edades, formando parte del paisaje de tu vida, a lo largo de las distintas etapas.
El apitutado está siempre en el lugar y momento oportuno y es el convidado de piedra que no quieres encontrarte, pero que te sale hasta en la sopa. Para este personaje todo se da fácil y logra conseguir lo que quiere de manera simple, tanto así como chasquear un dedo, ya que tiene acceso al "pez gordo", mediante el cual logra llegar a donde quiere, pero utilizando un atajo (algo así como el cuento de la liebre y la tortuga, con la diferencia que en la vida real gana la liebre porque la tortuga se perdió en el camino y llegó a Melipilla y por su puesto, le robaron la silla).
Tiene don de la palabra, ya que es capaz de venderte una nube y de armar un discurso lleno de frases rimbombantes. Su discurso puede llegar a recordarte a una película de Cantinflas (muchas palabras y poco significado o mucho ruido y pocas nueces). En sí mismo es un producto de marketing, que sabe cómo venderse, tiene un Magíster en "decir lo que quieres escuchar" con mención en hacer la pata. Otros de sus dones son el camuflaje y la teletransportación, porque terminas preguntándote cómo llegaron ahí.
Recientemente me tocó estar frente a frente a uno de estos especímenes, en el proceso de una selección laboral. Era un puesto que quería con toda la ocasión y en el que ya me había imaginado un millón de veces, en distintos contextos. Me demoré como 2 horas en llegar, pero estaba contenta, era la oportunidad que había esperado hace mucho, pero la sonrisa me duró hasta que a una de las postulantes la fueron a dejar a la puerta de la entrevista y le dijeron "pasa por mi escritorio cuando termines" en ese mismo instante entendí que iba a dar una prueba de 3 horas, para un trabajo al cual ya había sido rechazada de antemano.
Pero el apitutado también camina por los pasillos de la universidad. Está disfrazado de ayudante del ramo, de la profesora nueva que hace sus clases con documentos copiado literalmente de Internet o del compañero servicial que siempre se ofrece para ayudar a revisar pruebas al maestro, lo persigue para tomarse un café con él o se transforma en su accesorio ya que siempre lo ves como la segunda sombra de ese profe. También suele ese que pasa y pasa ramos, por uno de esos misterios de la vida o el que después termina trabajando en la misma universidad.
Como ves, el apitutado es uno de esos chilenismos que tanto nos caracterizan y querámoslo o no seguiremos teniendo a más de alguno cerca, como chicle pegado en el zapato.
Y tú ¿conoces algún apitutado?