En fin, como todos prenden con agua ante eventos de este tipo, partí a buscar disfraces y le pedí a mi compañera/amiga que me ayudara. La Viviana lleva como un año con el ánimo con altos y bajos. Y no es para menos.
La vivi estaba a punto de casarse con Esteban, un tipo de la empresa que trabaja en el segundo piso. Tenía todo listo: el cóctel, el vestido, el peinado. Y este tipo le dice dos días antes que no se quiere casar, que no se siente listo, y que se va. Pidió sus vacaciones y desapareció.
De eso, hasta hoy, ha pasado más de un año. “No sé si vaya a esa tontera”, me dijo mientras yo buscaba disfraces. Yo insistí tanto que terminó accediendo, dijo que no iba a comprar nada porque ya tenía un disfraz. Yo no me decidía entre el de Batman o el de La Naranja Mecánica. Arrendé los dos.
Faltaba una semana para la dichosa fiesta cuando nos enteramos de la nueva gracia de Esteban. Estaba de novio con una mina del piso donde él trabaja. Todos miraron de reojo a la Vivi, porque su historia la saben todos, yo creo que lo cuentan en la inducción.
En la hora de almuerzo no quiso hablar mucho, pero mencionó que sentía pena por la mina. “No conoce a ese tipo, espero que no le haga lo mismo que a mí”, dijo con verdadera compasión. Yo pensé que le tendría sangre en el ojo, pero no. Y creo que fue una buena señal.
Me decidí por La Naranja Mecánica. Estaban los trabajadores de los dos pisos en la fiesta. Había un Drácula, un soldado, una Blanca Nieves, entre otros desaciertos, como un Teletubbie… no sé, mal. Esteban se disfrazó de Mario Bros.
Pasó una hora cuando llegó la Vivi. Tenía las manos empapadas de ‘sangre’, un maquillaje realmente macabro, y vestida de novia. Todos, todos cachamos que era el vestido del plantón. Dramática y bella. Notable.
Se ganó el premio al mejor disfraz y cuando le pasaron el micrófono le dio un mensaje a la novia de Esteban. Le dijo, apuntándola: “Oye, tú. Te aviso altiro que Mario Bros la tiene como honguito”. La risa fue unánime. Los dos salieron en medio de todo el show.
La fiesta estuvo mejor de lo que pensaba. Y ese gil quedó pa’ siempre como Mario Bros.