La interactividad es un componente indispensable dentro de una sala de clases. ¿Se imaginan un paseo virtual por la Atenas de Pericles o por los aportes de Louis Pasteur? De seguro habrá más alumnos atentos que en un aula donde se privilegie la pizarra y el plumón.
Es importante que las mallas curriculares estén relacionadas con Internet para que el estudiante se familiarice con las herramientas digitales, potencie el proceso de aprendizaje y desarrolle la creatividad.
En un artículo anterior, les había comentado algunas características de Thinglink y cómo utilizarlo. A diferencia de otros recursos, Thinglink es una plataforma que permite ser adaptada a distintas áreas de estudio. Veamos:
1. Transformar videos en una pieza interactiva: imagina que vas a mostrar a tus alumnos un video sobre lo que ocurre entre Israel y Gaza, pero te gustaría relacionarlo con la reacción de la clase política en Latinoamérica. Sin embargo, tu material audiovisual no cuenta con esos datos. La buena noticia es que tú los puedes incorporar mediante etiquetas con enlaces, textos, imágenes, videos, etc.
Esta alternativa todavía se encuentra en versión beta, pero te puedes registrar aquí.
Mira acá un ejemplo de la National Geographic sobre el reino de la selva. National Geographic - Kingdom Of The Forest - Fungi
2. Explicar una etapa evolutiva: supongamos que tu clase de hoy tiene que ver con la división celular. Thinglink te permite utilizar la imagen que necesitas y a través de etiquetas interactivas mostrar la secuencia con las explicaciones correspondientes. En esta dirección puedes conocer un ejemplo.
3. Aplicar geolocalización en un mapa: ¿quieres que tus alumnos viajen por la antigua Roma? Cambia el típico mapa y puntero por una alternativa más atrayente. Con Thinglink puedes proyectar, por ejemplo, las andanzas de Julio César digitalizando la capital italiana con diversos recursos multimediales. Acá tienes un ejemplo, pero la idea es que utilices imágenes de mejor calidad.
4. Crear audiolibros: si hoy debes enseñar literatura, transformar las letras en sonido puede ser una opción más entretenida. Por ejemplo, ¿te imaginas algún audio del Quijote sobre una fotografía de Cervantes? Incluso podrías grabar tu voz o la de algún alumno leyendo un párrafo. Recuerda que también debes hacer que ellos participen. Mira este ejemplo.
Como vez, Thinglink es una herramienta versátil, de seguro se te ocurrirán muchas otras maneras de utilizarla. Para hacerlo sólo necesitarás registrarte y dejar volar tu imaginación.