No puede faltar en el ramillete de compañeros de curso, aquél que tiene que lidiar con su apellido. El que ingresó a medicina y es hijo del galeno más top de la ciudad, lo mismo el estudiante de periodismo, que suele cargar con el peso de sus exitosos o controversiales padres.
¿Y cómo lo enfrentan ellos?
Se les hace difícil muchas veces. Un compañero que estaba en esta situación me dijo lo difícil que era hacerse un nombre propio, sobre todo porque en estas carreras ultra competitivas abunda la envidia, y bueno, ya sabemos que uno de los primeros recursos es apelar al favoritismo del hijo en cuestión. Cosa que he podido comprobar que no es para nada cierta, de hecho muchas veces tienen que esforzarse el doble para demostrar parte de su talento y empeño y no que entraron con beneficios por ser "el hijo de".
Preguntándole a algunos amigos, todos me han reconocido que en más de una ocasión han vociferado "ahhh, pero es que éste tiene santos en la corte" o comentarios tipo "tiene la tele asegurada", pero en general, como ellos mismos reconocen es una burla sin argumentos.
Entonces ¿cómo viven su vida estos chiquillos?
- - Siempre con el sustito a que alguien lo esté psicopateando, sobre todo en esos carretes donde todo se sale un poquito de control y vayan a contarle a sus viejos
- - Esforzándose por crear su nombre propio o desafiando la figura paterna y dejando la escoba
- - Temiendo el momento en que alguno de sus padres se refiera al "chiquitito, adorado, hermoso"
¿Les ha pasado? ¿Cuál es su experiencia?
Imagen CC Camera Eye