¿Te has puesto a pensar en tu vida si al entrar a la U, te hubiese tocado vivir con un pariente? Claramente este un periodo de la vida muy importante, ya que hay muchos cambios repentinos que generan crecimiento a corto plazo. Las opiniones de una decisión tan importante como lo es esta, siempre será algo controversial de parte de los adultos, y eso es normal, pues las personas adultas se enfrentan a muchos prejuicios que hay frente a los jóvenes universitarios que viven fuera de casa, lejos de sus padres.
Generalmente se piensa que los universitarios que viven fuera del núcleo familiar, dedican mucho tiempo a pasarlo bien, dejando de lado los estudios. El perfil de un estudiante universitario común puede ser muy variado, su experiencia en el colegio, con amigos, y con la propia familia, determina su grado de madurez para abordar esta etapa.
Vamos a aclarar esto revisando tres elementos claves: Lo bueno, lo malo y lo feo para un joven que vive con un pariente al comenzar su etapa universitaria:
- - Lo bueno: Los elementos buenos se relacionan con la apertura a nuevas experiencias. Te podrás conocer más a ti mismo y aprenderás a convivir de una manera distinta a la que estabas acostumbrado. También podrás compartir y aprender de estas personas. Tendrás otra visión de tu futuro y asumirás responsabilidades que sin duda te harán crecer.
- - Lo malo: Seguramente estás acostumbrado a comportarte de una manera determinada frente a tus padres, al vivir con algún tío, por ejemplo, deberás adaptarte a nuevas formas de vivir, lo que implica un esfuerzo constante por entender a la otra persona. Tal vez en algunos momentos te sentirás solo y con ganas de volver a la casa de tus padres. También en oportunidades no contaras con las comodidades del hogar de tus padres por lo cual en algunas oportunidades la convivencia se vera difícil y arriesgada. Deberás salir adelante solo.
- - Lo feo: Tendrás que hacer cosas que quizás no te gusten o no estés preparado para llevar a cabo. Constantemente deberás arreglártelas para limpiar la casa o ir de compras. El tiempo te faltará en muchas ocasiones sólo por el hecho de cumplir con actividades cotidianas en un hogar ajeno al tuyo.
Imagen CC Pedro Ribeiro