Actualmente la llegada de los extranjeros a Chile ha ido aumentando y cada vez son más los programas de intercambio que existen. Para los universitarios existen un sin fin de programas, tales como Working And Holiday, uno de los más conocidos y más destacables entre los universitarios. También está el sistema de intercambio AFS, EFS o Rotary. La mayoría tiene una amplia trayectoria y tiene una buena recepción por parte de los extranjeros.
Al mismo tiempo, la mayoría de los extranjeros que viene a estudiar a Santiago o Chile, prefiere hospedarse en residencias o casas para estudiantes extranjeros, ya que allí tienen la oportunidad de poder relacionarse y socializar mucho más fácil, en vez de arrendar un depto de forma independiente.
Existen varios hospedajes para estudiantes universitarios y algunos de los que más se recomiendan, son los que la Universidad Católica otorga. Dentro de los más conocidos está el albergue juvenil Hostelling International Santiago, que está afiliado al sistema internacional de albergues juveniles. (www.housinginchile.cl/quienes.htm)
Otra residencial que dentro de los extranjeros es bastante conocido es Andes Hostel, que funciona en Monjitas con Mosqueto. Allí encontrarás universitarios de todas las nacionalidades.
También existen los más hogareños que prefieren irse a una casa con familia o compartir pieza con algún otro estudiante chileno. Recuerdo la vez que "adopté" un extranjero en mi casa, era una mujer, se llamaba Kailey, venía desde Toronto, Canadá. Tenía 22 años, muy simpática, sociable y no había problema el convivir con ella. Eso sí, al ser canadiense, me pude dar cuenta la seriedad que tienen al momento de socializar, no son como nosotros, al contrario.
Considero que siempre existen ventajas y desventajas al momento de convivir con otra persona, y más aún si ésta es de otro país, con otra cultura, otras costumbres, etc. A pesar de esto, fueron más las ventajas que desventajas las que uno tiene al poder vivir con otra persona, ya que es bueno ser parte de otras raíces y culturas que son ajenas a las nuestras.
Lo que más me sorprendió de ella, fue su alimentación. En Chile estamos acostumbrados a tratar de llevar una alimentación con un paradigma tradicional, es decir, en el desayuno comemos ciertas comidas que no comemos a la hora de almuerzo o a la hora de cenar, o también somos de los que respetamos ciertas comidas o tratamos de no abusar de otros platos ( tomando en cuenta mi estilo de vida).
Convivir con un extranjero ayuda a abrirnos de mente en todo aspecto, ver en qué estamos más atrasados o quizás, más adelantados. Desde lo que visten, hacen y hasta lo que comen. Me refiero a la comida, porque más de una vez fui presente del desayuno de mi compañera. Papas en trozos pequeños envueltas en huevo y tocino.
A pesar de esto, la convivencia que tuve con mi compañera canadiense, logré darme cuenta que la sociedad chilena a pesar de ser muy emotiva, acogedora y sociable. Nos falta mucho en cuanto al respeto el uno por el otro, el respeto al espacio físico de cada individuo. Recuerdo que cuando mi compañera salió a conocer las calles de Santiago, se sorprendió un poco por la falta de respeto que existe entre la gente. Desde los roces en multitud que uno suele tener en el centro de Santiago o la manera en cómo los hombres piropean a las mujeres, el respeto por la señales del transito, el respeto al peatón, el no tener acciones que son en pro de la convivencia social de la ciudad. Estas y muchas más son las diferencias que a mi parecer, nos dejan un poco en desventaja con el resto de los países.
Si empezamos a ver las ventajas de estar en el mismo techo con un extranjero, existen un sin fin. Desde poder aprender un nuevo idioma en tu mismo hogar, probar nuevos sabores a la hora de desayunar, almorzar y cenar y hasta adoptar nuevas actitudes ante la sociedad. Que al fin y al cabo eso es lo que nos hace especiales.
Imagen CC College Degree