Todas las historias se enmarcan en hechos puntuales. Uno de ellos, poco mencionado quizás, es ir al baño. Por costumbre, por precaución, por miedo o por los olores, ir a un baño público es como ir al último recurso viable dependiendo del problema gástrico o bien de la alta cantidad de líquidos en el cuerpo que hacen que debas orinar como si desinflaras un globo lleno de agua. Es por esto que dentro de la Fauna y Flora Universitaria rescataremos a uno que ha estado olvidado pero que al momento de mayor necesidad es utilizado saciando el alivio que toda persona experimenta al ir al baño de la U.
Y ojo, no hablamos de los baños más limpios del mundo, ni de los más iluminados. Estamos hablando de aquellos donde el respeto por esa taza de water es prácticamente nulo, donde las paredes están llenos de escritos para "el que lee", lleno de subproductos nasales y limpiezas inimaginables por falta de papel higiénico y como siempre pasa, sin una tapa decente para acomodar las posaderas a la hora de obrar (quiero dejar claro que estoy siendo lo más "caballero" posible). Y si el water es así, lo único incolumne es el lavamanos donde por más que la arreglen siempre hay una llave que no cierra bien, o que está tapado con restos de comida, un asco. Baños públicos de excelencia son los de la facultad de derecho de la U. de Chile donde sin pagar y caminando fuerte llegas a los baños para poder hacer tu necesidad sin que un guardia te mire con cara de pocos amigos al lado. Ahora, nosotros hablamos desde el lado masculino pero del lado femenino el asunto es más delicado. Hemos escuchado relatos escalofriantes e insufribles de personas que han debido ir de forma obligada pues no hay un mall cerca, no hay una casa confiable cerca y debido a la necesidad se debe ir nomás. Sabemos de que la higiene de ellas es primordial y también hemos escuchado los malabares de deben hacer para poder orinar; no vamos a ahondar cuando están en su periodo pero lo que si podemos decir, en base a lo escuchado, es que no es algo muy agradable.
Se cuentan historias escalofriantes además en estos baños: personas colgadas después de rechazada una tesis, personas con imperiosa necesidad de un polvo y sin dinero para un motel siendo sorprendidas infraganti por quien "hace" el aseo de los mismos, transacciones de drogas y respuestas de prueba y últimamente, fotografías de como el W.C no ha sido capaz de "engullir" semejantes submarinos. De los olores, ni hablar. Relatos de inciensos y palos santos quemados por quien se encuentra en la taza y que delatan el problema estomacal que posee el pobre sujeto sin que rindan el resultado esperado son solo hechos que podemos relatar en estos instantes.
Los viernes son un caso especial pues sabemos que hay que relajarse y unas cervezas no caen nada de mal pero, para quienes se pasan de la raya los baños de la U son el lugar perfecto para "vaciar" de todos lados el contenido sobrante. Los encontramos después dormidos, sentados en la taza y en una posición en la cual nos preguntamos "¿como pasó esto?".
Hay que cuidarlos, más si son de universidades públicas. En las privadas siempre están limpios, con jabón y papel (los más top poseen secadores incorporados) pero estos con suerte tienen una tapa y muchos de ellos en extinción por lo que se hace imperioso cuidarlos de sobremanera.
¿Tienes un relato sobre los baños en la U? Cuéntanos.
Imagen CC Daniel Lobo