Muchos dirán que es una película con formato hollywoodense (y lo es), que se parece mucho a otras películas salidas de la moledora de carne de Disney. Sí, también es cierto pero esta tenía más cafeína y a mí me tocó la fibra. No tenía más de 13 años cuando quedé totalmente prendado de la película, me dejó masticando por semanas la idea del poder de la comunicación y cómo tu voz puede ser diseminada por todos lados. Después de eso era lógico que pensara en ser periodista. Agrégale a eso que en esa época no había internet y, por ende, esta trama se hacía sostenible y de cierto modo apuntaba al lado más “romántico” del ejercicio de comunicar.
De esa época ya han pasado varios años y me he visto cientos de películas mejores que esta. De seguro hay documentales, libros y fotos que han provocado en mí un efecto potente y han construido mis ganas de ser periodista, pero fue esta película la que me dio el empujón inicial.
Pump Up the Volume es la historia de un tímido estudiante secundario llamado Mark Hunter (Christian Slater) que crea una radio pirata FM y, desde su casa, comienza a transmitir, dando su opinión acerca de cómo está la sociedad americana y en particular cómo funciona la comunidad escolar donde está inserto.
Estos monólogos que Mark lanza a través de la radio pirata son amenizado con música alternativa (así le decían a la música independiente y los que la escuchaban vendrían a ser como los abuelos de los hípster de la actualidad) que iba desde Primal Scream hasta The Pixies.
Mark pronto se da cuenta del alto impacto que tiene la radio pirata entre los demás estudiantes y cómo su voz comienza a influenciar al resto de sus compañeros. La tensión aumenta hasta que Mark interpela a un estudiante que está a punto de suicidarse y con eso logra que muchos otros decidan en un acto catártico hacer algo con sus vidas, con sus temores.
Ahora que lo pienso esa interpelación era ten evocadora, era como si le estuviera interpelando a algo que estaba muy adentro mío. Sí, yo también sentía que debía decir algo, que podía decir algo y la película me hizo gatillar eso.
Lo importante es que esta película habla del poder de la comunicación, del efecto multiplicador que tiene la palabra sobre las personas. Creo que ese concepto fue el que de alguna forma logré percibir y que fue lo que contribuyó, como piedra basal mi deseo de ser periodista o mejor aún, comunicar.
Si te interesó esta película te dejo e link del tráiler