Nuestra vida está marcada por procesos y desafíos que debemos afrontar para desarrollarnos dentro de la sociedad. Gracias a estas situaciones forjamos nuestro carácter y aprendemos lecciones sobre la vida.
Sin duda, entrar a la universidad es uno de los pasos más grandes que damos a lo largo de nuestra vida, por lo que muchas situaciones que vivimos en esta etapa marcan un antes y un después en nuestra experiencia como estudiantes.
Es por esto que en Universitarios.cl te enumeramos las 10 cosas que cambiaron en nosotros al convertirnos en universitarios:
1.- La manera de comer (sólo si tienes sodexo)
Cuando somos pequeños nuestras madres se encargaban de mandarnos una colación (que en la mayoría de las veces era una leche y galletas) para que sobreviviéramos a la jornada en el colegio. Pero en la universidad nos pasan la tarjeta más importante y hermosa de nuestra vida. Es perfecta porque no acumula deudas, sólo nos da saldo para comer.
2.- ¿Dormir? ¿Qué es eso?
Antes si querías, podías dormirte a las 10 de la noche o inclusive tomar una pequeña siesta después del Liceo, pero ahora olvídalo. Te faltan horas para completar los trabajos y estudiar. ¡Dormir es para los débiles!
3.- Los carretes
Adiós al soborno del guardia del pub para que te deje entrar con menos de 18 años. Ahora, con un carnet que afirma que eres mayor de edad más la cuchita con los nuevos compañeritos dile adiós a la sobriedad. Y si no hay espacio en ningún local, bienvenidas son las áreas verdes de la universidad (siempre y cuando el guardia no los pille).
4.- Aires de superioridad
Ahora que ya no usas uniforme (y sigues pagando escolar) te sientes más importante en la escala de estudiantes. Ahora miras a esos pingüinos por arriba del hombro. ¡Jah, aún tienes que usar corbata!
5.- El modo de ver la asistencia a clases
Antes faltábas a clases porque hacía mucho frío, estabas un poco resfriado o porque simplemente querías seguir durmiendo. Nada que una comunicación de nuestra madre no pudiera arreglar. Además, el porcentaje de asistencia que te pedían no era tan alto. En cambio hora, pobre de ti con faltar más de 4 clases seguidas porque "chao ramo".
6.- Desvelarte para estudiar
En el liceo desvelarnos para estudiar significaba estar -más o menos- hasta las 3 de la mañana estudiando (escribiendo uno que otro torpedo) o terminando un trabajo. En la U significa simplemente no dormir. ¡Energéticas a mí!
Pocas veces te preocupaste del entorno, ya que tu madre o padre procuraban solucionar los problemas incluso antes que llegaras a enterarte. En la universidad tienes la oportunidad de conocer distintas realidades en donde sientes que la desigualdad entre unos y otros es demasiado grande como para guardar silencio.
8.- Pasar tiempo con tu familia ya no es lo mismo
Con horarios universitarios ya no ves a tu familia tan seguido como antes, así que el poco tiempo que tienes lo usas para mantenerte al tanto de las novedades de la casa. Por otro lado, cuando te vas a estudiar lejos de casa, los cumpleaños, navidades y otras fiestas pasan a tener mayor importancia. Ya no se trata de un feriado más.
9.- Mayores responsabilidades
Comienzas a notar que no sólo tú te sacrificaste para entrar a la U a estudiar, sino que tu familia completa lo hizo y debes demostrarles que eres capaz de asumir y afrontar este nuevo desafío.
10.- Te vuelves más tolerante
En los colegios estás con personas de tu misma ciudad y con estilos de vida similares. En la universidad te encuentras con personas que vienen de distintas ciudades del país en donde se hacen cosas distintas a lo que estás acostumbrado, pero finalmente te adaptas a todos los estilos de vida que te vas encontrando por el camino.
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Portada CC Tomás Sepúlveda