Martín es médico veterinario y decidió crear una tienda virtual para vender alimentos destinados a sus peludos y plumíferos pacientes. Sin embargo, la acogida del público no fue la esperada. Pero este joven emprendedor no se dio por vencido y prefirió averiguar dónde estaba el problema.
Con la ayuda de un amigo informático descubrió que su sitio web era poco amigable, el diseño no era adecuado y la distribución de datos no permitía que el usuario navegara óptimamente. La página de Martín tenía graves problemas de usabilidad.
Este panorama imaginario refleja la realidad a la que muchos emprendedores se pueden enfrentar si no cuentan con nociones sobre arquitectura de la información y no se asesoran antes de montar un negocio online.
La usabilidad es una característica que mide la eficacia, eficiencia y satisfacción al navegar por un sitio. Es decir, el usuario debe lograr lo que espera en el menor tiempo posible y salir de la web con la sensación de haber conseguido el objetivo. Indudablemente, eso lo hará volver.
Jakob Nielsen, una de las voces más respetadas en materia de usabilidad, diseñó 10 reglas heurísticas donde, por ejemplo, afirma que el sistema debe hablar el lenguaje del usuario mediante palabras, frases y conceptos que le sean familiares.
A continuación detallo tres factores que he podido encontrar con mayor frecuencia en mis paseos virtuales y que se alejan bastante de los planteamientos de este ingeniero danés:
1. No conservar los datos en un formulario de registro cuando hay un error en el llenado.
¿Quién no se ha equivocado al digitar un password? El problema surge cuando después de llenar un extenso formulario, se borra toda la información por culpa del ínfimo error. Sería mucho más fácil si sólo se elimina lo incorrecto, pero hay sitios que insisten en hacernos perder tiempo y no entienden que esa es la estrategia ideal para perder visitantes.
2. Sitio no apto para diversos browsers, ni dispositivos móviles.
Hay webs que, por ejemplo, cargan a medias en Google Chrome, pero funcionan de maravilla en Opera. ¿Y si al usuario no le agrada trabajar en este último browser? Una web no debe descuidar ese factor, así como tampoco el acceso vía dispositivos móviles. Existen sitios por los cuales es fantástico navegar, hasta que lo hacemos desde un smartphone y nos damos cuenta de que no aparecen todos los botones, el menú desplegable no funciona o la información no se ajusta al tamaño del móvil.
3. No incluir un buscador.
Agregar un sistema de búsqueda siempre es necesario, más aún si se trata de un sitio con una extensa cantidad de datos. Es indispensable que este mecanismo sea eficiente, no se puede pretender que el usuario pase horas buscando una información, más aún si consideramos que probablemente la encuentre con mayor rapidez en otro lugar.
Y ustedes, ¿han detectado otros errores de usabilidad?