Hace unas semanas atrás hablamos de aquel que bebe como esponja por primera vez, terminando como las ramitas del cumpleaños: tirado en el suelo sin que lo tome en cuenta ni la escoba. Si debemos hacer una carpeta con el nombre "carrete" créanme que además encontraremos al personaje que mencionaremos a continuación y que personalmente nadie sabe cómo llega, nadie sabe quién lo invita y para variar, nadie sabe porqué diablos tiene que estar ahí en una instancia donde todos la pasan de maravillas. Hablamos de aquel que carretea con culpa.
Puede ser un hombre o mujer con una obligación laboral, con algún grupo de amigos, o con la pareja que lo(a) tiene más corto que cadena de pitbull. Para estas personas la culpa tiene que ver con varios factores. Los principales son, el dinero (nunca tienen plata y no quieren quedar como bolseros) o el tiempo (viven mirando el reloj para hacer coincidir los tiempos de traslado y los de llegada).
Más que disfrutar de lo que están bebiendo o conversando, llegan al grupo mencionando todo lo que van a tener que pasar si llegan un poco tarde o se descuadran tan solo en mil pesos del financiamiento del mes.
Cuando mencionamos a aquellas personas culposas por la carga laboral, nos referimos al que carretea cuando posee un turno y no quiere llegar pasado a trago o a cerveza, por más kilos y kilos de mentitas se lleve a la boca; cuando mencionamos al que posee más de un grupo de amigos es cuando tiene más de un evento y no quiere llegar tarde a todos; no nos referiremos a las parejas porque para qué nos vamos a meter en problemas, cada uno ve donde le aprieta el zapato, la bota, las zapatillas, o las amígdalas.
Imagen CC Francesco Lodolo