El Periodismo es una profesión, que al menos en teoría, es objetiva. Pues bien, no lo seré en este post. Es, lejos, la mejor carrera del mundo y me no puedo (ni quiero) luchar contra esa convicción. Quizás la vocación de los primeros años de estudio y la posterior experiencia laboral han potenciado mi amor por las letras, mi curiosidad por los contenidos audiovisuales y mi sed por la investigación.
No pretendo convencer a nadie de que la estudie. No es necesario. La carrera es seductora, fascinante y entretenida. Además, cada día se renueva en cada rincón del planeta (no todas las profesiones pueden decir lo mismo ¿no?).
Eso sí, es cierto que hay hartos desencantados. Basta escuchar y/o leer a colegas que no toleran las difíciles condiciones laborales que actualmente rigen el mercado. Sueldos bajos y horarios de terror marcan parte de la oferta. Si bien el costo de seguir un sueño puede no ser siempre rentable, las dificultades a veces son un fértil terreno para emprender. Bien lo dijo el referente literario Gabriel García Márquez: “Mis padres durmieron tranquilos desde que les hice saber que en el periódico ganaba bastante para sobrevivir. No era cierto. El sueldo mensual de aprendiz no me alcanzaba para una semana”. Pero él valoró otras ganancias en sus tiempos.
Por eso si eliges el Periodismo ten en cuenta que la carrera se orienta a la búsqueda y difusión de contenidos, especialmente de aquellos que por conductos regulares no saldrían a la luz. Si quieres denunciar con argumentos sólidos acá tienes una oportunidad de desarrollo profesional que aporta al avance de la sociedad. En ocasiones destapar delitos, irregularidades e injusticias es el comienzo de cambios en pro de la calidad de vida, así que vale la pena el esfuerzo.
Te puedes dedicar a la contingencia, cubriendo en medios de comunicación tradicionales la noticias del día en política, deportes, tendencias, cultura y espectáculos. Un trabajo ideal para quienes les gusta estar en terreno, codo a codo con sus fuentes y sus colegas. Puede ser en tareas de producción o como reportero. Ojo, si tu interés es ser “famoso” o “salir en la televisión” sin una apuesta informativa concreta olvídate de la carrera y busca un camino que te de popularidad más rápido. El Periodismo no es juego, requiere esfuerzo y dedicación no solo durante los cinco años de estudio, sino que el resto de la vida.
Las comunicaciones institucionales también son una buena fuente laboral. Si bien son confundidas con las Relaciones Públicas, quienes ejercen verdaderamente el Periodismo en empresas, casas de estudio y reparticiones de Gobierno, entre otras entidades públicas y privadas, saben que eso no es cierto. Informar a los públicos internos, con sus demandas y expectativas, no es tarea fácil. Tampoco lo es tener una intachable imagen en medios y mantenerse con el paso del tiempo como un referente en temas de interés general.
Otras entidades en expansión quedan trabajo a los periodistas son las agencias. Con tareas específicas, como gestión de medios de comunicación y producción de eventos, son una buena arena de aprendizaje. Además, un espacio ideal para hacer contactos en el rubro y desarrollar habilidades prácticas de producción y difusión de contenidos, generalmente innovadores. Acá es clave demostrar una personalidad amable, asertiva y profundamente informada para llegar a los medios de comunicación y lograr aparecer en ellos con buenos contenidos.
Suma y sigue, hay trabajo en varias áreas del acontecer noticioso. Incluso, espacio para quienes se lanzan en solitario como asesores comunicacionales. Ellos construyen estrategias, editan contenidos y difunden temas, entre otras labores sea en el mundo real o en el virtual. Son valientes, a mi juicio, en un entorno social que no siempre valora la importancia de las comunicaciones.
En fin, lo importante es que te guste y que te atrevas a trabajar en un mundo que no siempre está lleno de luces. Puede ser que te conviertas en un conductor excepcional o que te destaques como editor del diario de mayor circulación nacional. Solo el destino lo dirá. Lo fundamental es que te destaques por ser riguroso y creativo siempre, sin excusas. Por tener una actitud profesional, arriesgada, capaz de soportar largas horas de terreno o de escritorio. Muchas veces con nervios de acero con situaciones desagradables, paciencia con las fuentes ariscas y empatía con quienes te darán su testimonio.
Al respecto destaco una valoración de Elizabeth Murga que hace un tiempo contó porqué le gusta lo que hace: “lo que amo es la interacción con la gente, esa cercanía que produces. Sentir que puedo ayudar en algo con lo que escribo y que la gente me lo devuelva con cariño y respeto, es una señal de que esto es lo que quiero hacer”. Creo que ese sentimiento transversal de conexión con las necesidades e intereses de otras personas puede identificar a quienes se desempeñan en soportes audiovisuales e impresos. Igual hay quienes creen que ser periodista es uno de los 200 peores trabajos, tal como comprobó el ranking CareerCast 2014. Me da igual, sé que ser periodista es la mejor carrera del mundo.
Imagen CC Marigonasherifi