Jefes hay buenos y malos. Y es que si vemos el organigrama y quiénes tenemos arriba, los tipos de liderazgos y sus características distan de ser comunes y silvestres. Siempre tenemos que lidiar con sus peculiaridades y sus formas de ser, mal que mal, estamos con ellos la mayor parte del tiempo.
Cristián Pérez Lasserre, Sales, Marketing & Logistics Consultant de Randstad, hace un detalle de al menos cinco tipos de jefaturas, las que te mostramos a continuación, pero -¡ojo!- aquí no hay ni buenos ni malos, pero sí, para todos los gustos.
1.- El desarrollador de talentos: Es aquel jefe que promueve la autonomía y da libertad a la gente que tiene a cargo. Ve los errores de sus empleados como parte del proceso de aprendizaje y no duda ni un segundo en que, si se equivocan, lo vuelvan a intentar. Es el primero en apoyar a un talento cuando a éste se le presenta una buena oportunidad. Mide la productividad por los resultados y no por la cantidad de horas que trabajan las personas, además es cercano, humilde y genera confianza, pero también deja muy en claro que él es el jefe.
2.- El maternal o guía: Es el jefe que cree en el desarrollo a largo plazo de sus empleados y se proyecta con ellos. Se caracteriza por ser cauteloso y conservador en las libertades que les da. Se ve como un guía y su filosofía de trabajo es “lento, pero seguro”. Cuando se presenta un problema o se dan situaciones de complejidad, prefiere manejarlas él, que dejárselas a otra persona si no está 100% seguro de que lo va a resolver de la forma correcta. Generalmente, le abre las puertas a la gente a su cargo, pero cuando se va uno de sus empleados no lo toma de la mejor manera.
3.- El patriarca: Es el jefe lejano que sólo se relaciona con la gente que le reporta a él directamente y al que le interesa mucho que toda la compañía se dé cuenta que él manda. De vez en cuando, se le ve pasar por los pasillos con actitud seria, y rodeado de la gente que le sigue en el organigrama. Le interesa relacionarse con personas de nivel laboral o posición similar y hace lo que sea para aumentar su sueldo o subir un cargo. No desarrolla mucho a las personas, pero le interesan mucho los resultados. Los cargos que están más abajo en la pirámide y que no le reportan directamente lo ven sólo en las comidas de fin de año o en alguna fiesta y, por lo mismo, hay gran cantidad de gente en la empresa que no lo conoce.
4.- El autoritario: Este es el jefe que te llama la atención cuando vas, cuando no vas, cuando haces las cosas y cuando no las haces. Genera temor al entrar en la oficina y nunca sabe lo que pasa realmente, porque nadie le dice nada. No tiene buenas relaciones interpersonales dentro de la empresa y la rotación dentro da la misma es muy alta. Constantemente, se genera un ambiente tenso y apenas se va, se generan rumores de pasillo y comunicación informal, además de que los empleados aprovechan esta instancia para irse temprano a su casa, por ejemplo. Siempre se hace lo que él dice, aunque todos sepan que es una mala decisión. No desarrolla talentos ni ve el potencial de sus empleados.
5.- El fantasma: Es ese jefe que no está mucho en la oficina. No pregunta mucho y tampoco presiona. No tiene una relación cercana con la gente a su cargo, pero tampoco una mala relación. Se enfoca en hacer su trabajo alejado de los otros, es muy ermitaño y generalmente está en reuniones u otros. Generalmente, no tiene conversaciones con sus empleados, pero de todas formas se entera de todo y puede sentarse una vez al mes a tomar un café con alguien de la empresa. No genera la sensación de jefe como tal, pero cumple sus funciones. A pesar de no verlo nunca, tiene las puertas abiertas para lo que se necesite.
Imagen CC vía jisc_infonet