Ahí es cuando te planteas la interrogante de todo estudiante con tiempo libre y sin plata: ¿Y si trabajo estas vacaciones?
La ecuación es simple, si trabajas tienes presupuesto para varios de los pasatiempos de vacaciones. El gran problema es que el trabajo te consumirá el tiempo y quizá andes un poco cansado. Además, el invierno te dificulta un poco más tus planes, ya que a veces el clima te incite más a pasar el día acostado que laburando.
En mi caso, tengo la opción de trabajar todas las vacaciones. En ocasiones ni siquiera es la opción, sino que la obligación. Mi familia posee un restaurante y muchas veces me toca ser la mesera, cajera, ayudante, dependiendo qué es lo más necesario en momento. Vivo en una ciudad no muy grande y normalmente no hay propina, qué ingratitud.
Lo divertido es ver a la gente del bar. Al ser un restaurant familiar tiene cierta trayectoria y normalmente los clientes se repiten. Por muy tedioso que sea atender personas con no muy buena disposición y que normalmente reclaman por el precio de lo que piden, es bastante divertido.
En otras ocasiones llegan personajes excepcionales. Aún recuerdo esa vez cuando un vendedor de sombreros contó que tenía un hijo en Canadá y luego trataba de enseñarle inglés, de una forma bien campestre y cantadita, a un niño que estaba con su madre y su tía en una mesa. Varias veces me han retado porque no tengo la razón y más de alguna vez he recibido propuestas poco serias de matrimonio (aunque usted no lo crea). En fin, en los restaurantes se ve de todo.
Por un lado tiene bastantes beneficios el optar por trabajar en este tiempo, personalmente puedo ahorrar un poco para irme un fin de semana a la cordillera y disfrutar de la nieve. Por el otro lado, no todas las personas tienen las facilidades que yo tengo y trabajar suele ser un sacrificio por el que tienes que pasar para ganar unos miserables pesos. Además, si el cansancio te supera, terminas la jornada sólo con ganas de llegar a tu casa a ver alguna película y dormir.
Entonces, ¿qué decisión tomar?
Ante todo, medita tus opciones. Si eres capaz de esforzarte un tiempo más en algún trabajo durante estas vacaciones, para después disfrutar el dinero, hazlo. Si después del estudio y el pasar de largo en la noche por certámenes y exámenes quedaste exhausto, piénsalo bien. Aún existe la posibilidad de estar cómodo en tu casa viendo películas, leyendo algún libro u ofreciéndola como sede del carrete para abaratar costos.
Pero por sobre todo, disfruta tus vacaciones de invierno.