Todos en esta vida tenemos derechos, niños, adultos, abuelos, hombres, mujeres, y por supuesto, todos los trabajadores del país. La vida profesional puede ser una de las más injustas debido a la alta competencia, es por eso que en un país es fundamental que se establezcan los derechos de todo empleado.
Los derechos y libertades fundamentales son aquellas que toda persona tiene solo por el hecho de ser tal. Estos son reconocidos y garantizados por el ordenamiento jurídico del país en el que se apliquen.
Por lo tanto, cada trabajador (como persona), merece derechos fundamentales al interior de una empresa. Ante esto, la Dirección del Trabajo indica que cada empleado(a) podrá recurrir a los Juzgados del Trabajo cuando considere afectados uno o más de los derechos que le corresponde de acuerdo a la legislación laboral chilena.
Estos son tus derechos:
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El derecho a la vida y a la integridad física del trabajador(a), siempre que su vulneración sea consecuencia directa de actos ocurridos en la relación laboral.
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El respeto y protección a la vida privada y a la honra del trabajador(a) y su familia.
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El derecho a la libertad de conciencia, a la manifestación de todas las creencias y al ejercicio libre de todos los cultos.
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La libertad de expresión, opinión e información sin censura previa, en cualquier forma y por cualquier medio.
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La libertad de trabajo y el derecho a su libre elección. Además, la garantía de que ninguna clase de trabajo puede ser prohibida, salvo las excepciones que la propia Constitución dispone.
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El derecho a no ser sujeto de los actos discriminatorios señalados en el artículo 2° del Código del Trabajo.
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La libertad sindical y el derecho a negociar colectivamente sin obstáculos indebidos.
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La garantía de indemnidad, que consiste en no ser objeto de represalias ejercidas por el empleador, en razón o como consecuencia de la labor fiscalizadora de la Dirección del Trabajo o por el ejercicio de acciones judiciales.
Fuente Dirección del Trabajo // Imagen CC vía Daniel Fuentes