Sin embargo a quienes miran como bichos raros, personas no gratas e inclusive como "tontos graves" dentro de la fauna y flora universitaria a quienes NO beben. Ya sea por religión, opción o bien porque no se les dio la chance, estos muchachos simplemente no beben una sola gota de alcohol y creemos que lo único fermentado que han probado ha sido de manera accidental y mordiendo manzanas un tanto pasadas.
Pero como nada en esta vida dura para siempre, siempre tienden a caer en los placeres mundanos en la medida que se puedan presentar. Ya sea con un vaso de cerveza, un vaso de vino, un ron cola o una piscola siempre bebida como gotario (les puede durar un vaso toda una noche) la inhibición corporal y mental de estos chicos puede llegar a insospechadas reacciones, y en casi todas tiene que ver con perder prendas de vestir. Gracias a estas escenas etílicas poco frecuentes de nuestros amiguitos podemos conocer las características del buen bebedor: el jugoso, el mañoso y el dormilón; y como si fuera poco los podemos escuchar en facetas más "normales" como cuando los sacas de quicio en algún tema y lo defienden a morir, como buen bebedor.
Debemos ser buenos con ellos: llevarlos a un paradero cercano, que se vaya en su micro o colectivo a la casa y de paso se le vaya un tanto la "intensa" borrachera; si tiene algo de valor quítenselo y se lo pasan mañana; si le da por llorar, consuelenlo; si le da por pelear y sabe donde vive, lléveselo para la casa, y si se quedó dormido, bueno, es hora de cargar bultos (no diga que nunca lo ha hecho). Como al día siguiente debes verlo nuevamente, ten a mano su tira de dipironas, una sal de fruta o bien una bebida energética porque la resaca que tendrá esa pobre alma será horrible.
Debemos cuidar a esta especie pues son los más aplicados para los trabajos, resúmenes y formas de estudiar. Ah, también enséñenle a beber de manera correcta.
¿Tienes una anécdota con este tipo de personas?
Imagen CC Mario Peña