“¡Trabajar en una empresa Great Place To Work (GPTW) es increíble!”. Esa fue la razón –además de un gran sueldo– por la que Matthew Price, un americano residente en Arizona, Estados Unidos y especialista en Finanzas, volvió a Intel Corporation luego de 5 años.
Para Matthew, el reconocimiento del GPTW “cambia la cultura y sientes que tus fortalezas van más allá de un modelo de negocios donde sólo recibes tu sueldo. Nunca trabajaré en otra compañía donde traten a los empleados como que son afortunados sólo por trabajar acá”.
Si bien los americanos cuentan con el estudio hace más de 25 años, desde 2001, Chile también tiene su listado en el que figuran las mejores empresas para trabajar del país y donde los empleados pueden sentirse igual de orgullosos.
Nicolás Bonati ya ha pasado por dos instituciones del listado de las mejores para trabajar en Chile: la empresa de telecomunicaciones VTR y ahora, Banco BCI. Para él, el reconocimiento implica que “hay una consideración por parte de la compañía de entender que los empleados tienen una vida paralela al trabajo y, al respetar ésta dándoles beneficios como permisos o incentivos, la planta valora ser parte del equipo”.
Asimismo, Bonati agradece el esfuerzo de parte de las jefaturas por dar respeto a lo anterior y así, “darle facilidades al empleado para que él pueda hacer uso de sus beneficios”.
Federico Stange, quien trabaja en eClass, empresa de educación flexible y semipresencial que obtuvo el quinto puesto como uno de los mejores lugares para trabajar en Chile durante el 2013, considera que lo importante es “la actitud que tiene la organización hacia sus empleados, y con respecto a eso me siento muy afortunado y agradecido. Se nota que la empresa no da beneficios para ganarse premios, los da porque hay una convicción clara que pone a las personas por sobre cualquier otro interés”.
La productividad sube
Para Andrea Drago, analista de Recursos Humanos de la consultora Randstad, indica que la productividad sube “si los trabajadores se sienten satisfechos y orgullosos de pertenecer a una organización, se alinearán con mayor rapidez al objetivo central de ésta, tornándose conscientes de la relevancia que tiene su función para alcanzar las metas globales, percibiendo los logros de la compañía como logros propios”.
De esta forma, Drago asegura que “disminuirán los niveles de ausentismo y rotación voluntaria de los colaboradores, lo que implica conservar el know how de la empresa y al mismo tiempo permite a ésta poner foco en el desarrollo de los profesionales”.
Además, la especialista agrega que ser una empresa GPTW “se ha transformado en un concepto de alto impacto en nuestra sociedad, lo que implica que un gran número de profesionales sienta fuerte atracción por incorporarse a organizaciones que se encuentran en esta categoría. Desde el inicio, es motivador formar parte de una entidad con un ambiente de trabajo idóneo y el respaldo sólido de la empresa que promueve el respeto, generando confianza y alianza con sus colaboradores”.
Paralelo a lo anterior, Drago indica que "uno de los focos del profesional que desea insertarse en un GPTW, es la posibilidad de desarrollo que allí se genera, ya que una de las prioridades de la empresa es otorgar oportunidades de capacitación, perfeccionamiento y crecimiento a sus colaboradores. Los trabajadores de una GPTW se tornan más competitivos dentro del mercado. Son profesionales más atractivos desde el ángulo laboral porque vienen de empresas prestigiosas, consolidadas, lo que supone buenas prácticas adquiridas, compromiso y confianza en el trabajo de equipo.
Imagen CC vía Nearsoft