La otra vez hablamos sobre las mascotas rockstars de las universidades y de como a veces se crean diferentes organizaciones de estudiantes para ayudar, darles comida y atender a los diferentes animales que se pasean por el campus (puedes leer esa nota aquí).
Hay gente que siente una necesidad de ayudar a cada animalito desamparado que ve vagando por las calles, los lleva a su hogar o a un lugar donde lo puedan tratar mejor y de ese tipo de compañeros es del que hablaremos en esta nota.
Para empezar, creo que todos hemos conocido a una persona que se ha llevado un perro o un gato de la calle para su casa, y más de alguno tiene una mascota que se la encontró en la calle. Me incluyo.
Hay personas que sienten demasiada pena al ver a un perrito o gatito desamparado y buscan la manera de ayudarlos, la clásica es llevarlos para la casa y adoptarlo como una mascota, pero hay gente que se los lleva a todos y cuando digo todos es TODOS.
De hecho el patio de su casa parece la sociedad protectora de animales y si tú eres así, más de algún amigo/a te ha tirado esa talla. Pero fuera de eso, uno no puede negar la buena intención del compañero/a en cuestión, porque hay gente que no los ven como mascotas o amigos, incluso se refieren a ellos como “hermanos menores” y apelan a ese lazo para cuidarlos y mimarlos. Este tipo de compañero casi siempre es mujer, ellas son las más comprometidas en ayudar a los animales vagabundos, más que nada porque son más sensibles, y se les nota. Yo tengo una amiga que cuando ve a un perro abandonado, dice: “noooo”, se lleva las manos a la boca y se acerca a él, y luego viene la típica frase: “es que te juro que me parte el alma, verlo así. Pobrecito”, y termina su speech con: “amigo, me gustaría llevarte a mi casa, pero ya tengo varios perros…”, y luego sale apurada del lugar, para resistirse a la tentación de volver y llevárselo.
Pero su sensibilidad es de mecha corta, puesto que si ven una noticia de maltrato animal (que es completamente abominable), o ven a una persona golpeando a un perrito en la calle, elevarán su ki y te buscarán, te encararán, y harán todo lo que esté a su alcance para condenarte públicamente como la peor basura que pisa la tierra. Corta.
Hay 4 diferentes tipos de estos compañeros, según mi perspectiva:
El dueño/a del orfanato: Es la persona que recoge a todos los animalitos que ve y los adopta, su patio está lleno de mascotas y todos viven felices y contentos en el patio.
El agente de adopción: Este personaje ya tiene demasiadas mascotas en su hogar y recoge animales vagabundos con el fin de buscarles dueño. Te hacen jurar que cuidarás del animalito, o sino…
El voluntario estándar: Ve a un perro o gato vagabundo y no se lo lleva a ninguna parte, se limita a buscarle agua y comida, se las sirve en el medio de la calle. A veces, se queda un rato con el animal, para jugar con él. El voluntario comprometido: Es aquella persona que se une a alguna organización animalista, sale a las calles, recoge a los animales para llevarlos a centros de ayuda o perreras, les sirve comida y está para las jornadas de adopción . Un todo terreno.
Para redondear, está demás decir que este es un compañero/a noble y que sus actitudes hablan muy bien de esa persona. Alguien que se interesa y lucha por una causa y protege a quienes considera como seres indefensos, merece todo nuestro respeto.
Y aunque sabemos que haya gente que se pueda burlar con apodos como: “zoológico ambulante”, “la loca de los gatos” o “animalnazi” (porque hay personas que los acusan de que le tienen más respeto a los animales, que a los humanos), sigue haciendo tu labor, que es bastante noble y ayuda a los demás, a tener conciencia de nuestros amigos animales.
Imagen CC Nelson Campos