Como dice ese hombre lleno de sabiduría llamado Juanes, "nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes". Y una de las cosas que pierdes a más temprana edad (aparte de los dientes de leche) es el calor del hogar, ya sea para ir a estudiar a la universidad o para comenzar tu vida laboral.
Pero no te preocupes, porque no eres el primero en extrañar a tu mamá o a la calidez de tu camita, es por esto que en Universitarios.cl hemos elaborado una lista con las 10 situaciones que nos hacen extrañar nuestra casa.
1.- Cuidarte cuando estás enfermo
No hay nada más desagradable que empezar a sentir los síntomas de una gripe. No tienes fuerzas ni para abrir los ojos y cualquier movimiento para salir de la cama es impensado. Pero debes levantarte porque no está tu mamá para que te cuide ni te de sopitas de pollo milagrosas.
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2.- Nadie te espera con ropa seca luego de un día lluvioso
Pasaste todo el día corriendo de allá para acá para no perderte ninguna de tus clases, el paraguas pasa a ser tu mejor amigo, pero la lluvia es implacable (sobretodo en Concepción) así que terminar empapado es inevitable. Lo ideal sería que tu mamá te esperara con el pijama calentito, el guatero listo y una sopita de verduras..., pero no.
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3.- Los platos no se lavan solos
¿Cómo? ¿Los platos no se lavan solos? Se acabó la brujería de dejar la loza sucia en el lavaplatos y que mágicamente aparezca limpia en el mueble de la cocina.
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4.- Planificar almuerzos y comidas
Ir al supermercado ya no es tan divertido como antes. Ahora requiere de esfuerzo y planificación, ya que debes pensar muy bien qué vas a comprar porque no puedes permitirte gastos innecesarios.
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5.- Sacar cuentas para que te duren las lucas
Es hora de llamar a la calculadora para hacer cálculos (dah) sobre las cosas que puedes o no comprar (¿es primera necesidad tener el álbum del mundial?) además debes hacer algunos sacrificios para que la plata te dure hasta fin de mes.
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6.- Nadie te re-despierta para evitar que llegues tarde
El despertador sonó hace media hora y sigues en tu amorío con las sábanas, sólo el armonioso sonido de tu madre gritando "¡levaaaantate cabro e' moledera!" es capaz de sacarte de ese idilio amoroso, pero ya no más :(
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7.- Lavar ropa
Gracias a esta nueva independencia te das cuenta de otra cosa importante: Si no lavas la ropa no tendrás qué ponerte. "Mamá, por que la ropa no me queda suavecita como cuándo la lavas tu?"
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8.- Las arrugas de la ropa ya no se van con el calorcito de tu cuerpo
Esos pliegues de tu ropa ya son demasiados profundos para que se vayan con el calor de tu cuerpo así que tienes que sacar aquella arma de destrucción masiva llamada plancha. El problema es que cuando planchas un lado el otro termina con más arrugas que en un comienzo.
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9.- Las comidas caseras
Las sopas para uno y los maruchan son fáciles de preparar así que se convirtieron en tu menú habitual, pero comienzas a añorar los sabores de una carbonada, de los ñoquis humeantes de su buen plato de porotos con riendas y longaniza.
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10.- Que nadie te esté esperando
No hay nada peor que llegar a tu casa, hecho bolsa después de un día lleno de actividades, y encontrar todo en oscuridad y en silencio. Nadie te pregunta cómo estás o cómo te fue en tu día.
"Aló mamá... te extraaaaaño".
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¿Y tú, qué extrañas de tu casa?
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