En el trabajo se puede observar diversos personajes con cualidades y características que los hacen especiales a cada uno, y que al final de cuentas los quieres porque compartes con ellos día a día, pero el menos querido y, por ende, más criticado por todos es el flojo de la oficina, quien por lo general no sirve cuando hay que terminar la pega y es cero aporte cuando los necesitas.
Estos individuos no son apreciados por sus compañeros porque se sacan los pillos con las responsabilidades en general, ya sea con la puntualidad para llegar a la hora a la oficina, con terminar los trabajos a tiempo o por el exceso de confianza que pueden tener con otros.
A continuación, algunas de las típicas frases que solemos escuchar de ellos:
1.- Mañana termino la pega. Parece que el flojo para trabajar no conoce la tan y conocida frase “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”. Son buenos para dejar tareas inconclusas y postergan las metas cuando se trata de trabajo en equipo.
2.- Ojalá el médico me dé licencia por una semana. Cuando están enfermos anhelan tener varios días para recuperarse, mientras más larga sea la licencia médica, mejor para ellos.
3.- Si yo me merezco un año sabático. Cuando creen que ya han cumplido un buen tiempo de trabajo y experiencia laboral piensan seriamente en tomarse un año sólo para ellos y nada más. Tal vez, será más conveniente para quienes ahorran dinero y creen que están preparados para subsistir ese periodo, pero para los que han sido perezosos constantemente, definitivamente no.
4.- Chiii… si hay más gente en esta oficina ¿acaso soy el único que trabaja aquí? Se hacen las víctimas cuando se les pide algo especial, y tratan de evadir las tareas para que se les asignen a otros.
5.- El próximo martes es feriado ¿tú crees que el lunes lo den como sándwich? Siempre están atentos a los feriados del año, sobre todo cuando estos pueden extender el fin de semana o los días de descanso.
6.- Si termino esto ¿me puedo ir? Pese a que aún tengan mucha pega por hacer, por ningún motivo se quedan más tiempo a apoyar a sus compañeros para terminar el día redondito.
7.- ¿Y cuánto queda para almorzar? ¡Tengo hambre! Parece que se le hiciera larga la mañana, porque que están atentos a que llegue luego el primer receso que hacemos a diario para almorzar y distraernos un rato del trabajo.
8.- Voy y vuelvo. Algunos son buenos para sacar la vuelta, con tal de evitar el trabajo, al jefe y a la oficina aprovechan de salir a comprar o de ir al baño en más de una oportunidad.
9.- Oye, ¿alguien va a salir a comprar? Quiero algo para comer por fa. Si no salen a comprar, le piden a otro que lo haga para que les traigan un cafecito acompañado de un sándwich o una golosina para desayunar en el trabajo.
10.- Deberíamos entrar a las 10 de la mañana, me cuesta tanto levantarme temprano. Si se trata de cumplir horarios o de ser puntuales a la hora de entrada, son los número uno para llegar a atrasados, haciéndolo habitual, prácticamente de todos los días.
11.- Jefe, perdone por llegar tarde pero el Metro de nuevo tuvo problemas esta mañana, y la micro no pasaba nunca. Le pueden echar la culpa al transporte público, al estrés laboral o al cansancio, pero nunca van a reconocer que cada vez que suena su despertador en las mañanas, dicen: “5 minutitos más”.
12.- Oye, ¿me podís ayudar con esto? es mucha pega… Lamentablemente no suelen ser autosuficientes y eficaces a la hora de cumplir una tarea, si ven que ésta es excesiva piden ayuda reiteradamente porque se quieren ir pronto a sus casas.
13.- Sí jefe, si en eso estoy ahora. No son capaces de llevar un orden con rigurosidad a la hora de cumplir metas, no utilizan un cronograma de trabajo y no estiman en cuánto tiempo se van a demorar en cada uno de ellos. Cuando ya es tarde, afirman que lo están terminando.
14.- Mañana juega Chile y si gana… ¡Todos pa’ la casa! Eh, eh, eh!! El flojo de la oficina está en su salsa ahora que estamos en pleno Mundial de fútbol y la selección nacional ha tenido un buen desempeño. Es la excusa perfecta para que después de un partido exitoso, el jefe les dé permiso para que se vayan a sus casas.
15.- Qué lata, hoy tengo que hacer horas extras. Cuando trabajas fuera de tu horario de trabajo y te pagan por ello es conveniente de todas maneras, pero para un flojo ni eso lo motiva. No visualizan el beneficio económico que les puede significar a fin de mes.
Así son los flojos de la oficina, carecen de compañerismo, de compromiso y de real motivación por su trabajo. Realizan actos habituales que los tildan de poco jugados para la pega, impuntuales, desordenados, poco organizados, desinteresados y suelen ser lentos para las entregas. Si una de estas frases te identifica, pues piensa si tus ganas por el trabajo son las mismas de antes. No vaya a ser que por tu poco entusiasmo y desgano tengas riesgo de perder tu puesto de trabajo.
Imagen CC budgetplaces.com