Hace un tiempo descubrí que estudiar sola no es malo, pero juntarte con un grupo de amigos es una opción mucho mejor. Lamentablemente nos dimos cuenta de esto luego de un fracaso.
Teníamos una disertación grupal de X tema así que cada uno preparó sus argumentos para después juntarlos y armar el trabajo, pero no contamos con que el profesor nos preguntaría por la parte preparada por nuestro compañero y no sobre lo que habló casa uno. Como han de esperar, nadie tenía idea del trabajo del otro. Por suerte nos dio otra oportunidad de realizar la presentación.
Luego de pasar la vergüenza de nuestras vidas frente a todo el curso nos fuimos a encerrar a una de las logias de la biblioteca con dulces, fruta, café, jugo y los apuntes necesarios para repuntar la disertación. Comparamos nuestras notas del tema y fuimos apuntando las ideas más relevantes que iban saliendo por el camino además de las dudas y las posibles preguntas que nuestro profesor nos podría realizar. Fuimos dándole forma a esta nueva presentación todos juntos, aportando ideas, contrastando dudas y desatiendo. Nadie conocería el tema mejor que nosotros… y el profesor, por supuesto.
A la clase siguiente presentamos nuevamente el tema a diferencia que ahora todos sabíamos todo, manejábamos el tema, no sabíamos los términos de memoria sino que entendíamos claramente sobre lo que estábamos presentando en la clase. Esto nos dio más naturalidad al momento de disertar, cosa que el profesor valoró, ya que se dio cuenta que trabajamos todos juntos en el tema y no armamos cada uno nuestra parte por separado y a última hora.
Desde esa vez y gracias a esa experiencia decidimos que era una buena opción estudiar todos juntos, sobre cualquier manera, porque como dicen por ahí “dos cerebros piensan mejor que uno”.
Estudiar en grupo nos da una mayor perspectiva sobre el tema a tratar y una oportunidad perfecta para contrastar nuestras ideas o dudas, además de darnos una oportunidad perfecta para debatir, lo que nos otorga una visión holística sobre el tema.
Claro, no todo es maravilloso, ya que estudiar con nuestros amigos puede distraernos y llevarnos a hablar sobre temas que poco o nada tienen que ver con el estudio, pero hay que saber compensar. No todo es estudio y no todo es diversión.
Por otro lado, es la oportunidad perfecta para sociabilizar y hacernos sentir parte de una pequeña comunidad (escuela, liceo, universidad) en donde estamos insertados la mayor parte de nuestro tiempo. Aprendemos a insertarnos en grupos de trabajo, lo que tarde o temprano nos ayudará al momento de ingresar a nuestra vida laboral, en donde nuevamente seremos parte de un equipo.
Imagen CC Tulanic Republic Relations