Durante la época universitaria, no es raro tener que sacrificar noches enteras de estudio. Tampoco es extraño que esas duras jornadas nocturnas sean, precisamente a horas de la prueba o de ese trabajo que -literalmente- te quita el sueño. Dice el dicho que cuando todo anda mal, podría ser incluso peor. A continuación revisaremos 10 situaciones que nunca nadie quiere que sucedan la noche anterior a un examen, pero que sin duda a más de alguien le ha pasado.
1.- Que se corte la luz
La materia no es tan difícil, sólo debes digerir cientos de páginas de pocas horas. No queda más que sacrificar una noche entera. Todo va bien, incluso encuentras interesante lo que estudias. De repente, de un momento a otro, la ciudad entera se va a negro (junto con tus esperanzas de lograr un azul). No desesperes, podría ser incluso peor.
Al menos no estás en el naufragio de un barco.
2.- Temblor fuerte
Si bien en Chile estamos medianamente familiarizados con los movimientos sísmicos, cuando estos superan los 7 grados literalmente se nos mueve el piso. Y si no pasó a mayores, las réplicas académicas pueden serte realmente fatídicas. No son pocos los casos de quienes, confiados en que suspenderían las clases y las pruebas del día siguiente, cerraron los libros y se dejaron seducir por Morfeo. Peor aún es cuando vives en la costa y debes evacuar por precaución, para finalmente devolverte a casa cuatro horas después. Ya sabes, si vas a arrancar, lleva tus apuntes.
Chiquillos, voy a buscar una taza de... está temblando, conche...
3.- Indigestión
Manejas bien la materia, de hecho sólo necesitas repasar algunos conceptos. Más que nada lo harás por tranquilidad mental. Estos contenidos realmente te gustaron y los entiendes bien, así que sólo revisarás tus apuntes la noche anterior a la prueba. Es tal tu tranquilidad, que te das el gusto de pasar la tarde entera con amigos, goloseando de lo lindo. Todo va bien hasta que, en medio de un lindo sueño en que te ves recibiendo un merecido 7, de un momento a otro tu estómago se transforma en una sonajera de tripas, retorcijones y más. De una apacible y tranquila noche de sueño previo a una prueba, te la pasas en el baño y tomando agüitas que poco ayudan a tranquilizar los incómodos síntomas.
Oops, parece que me hizo mal comer esa chorrillana.
4.- Enterarte a última hora que no sabías que entraba el triple de materia
Piensas que todo va bien, ya estudiaste lo que correspondía -según crees- y manejas bien todos los conceptos. Decides entrar a facebook para tomar el pulso de las cosas con tus compañeros, cuando empiezas a ver comentarios en relación a temas que nunca revisaste. Entras en pánico y, luego de un intenso debate de conciencia, le preguntas a alguien de confianza cual era todo el temario, "para confirmar, nada más" le dices. Mientes.
Mierda. Son como 10 kilos de pappers que no sabía que entraban.
5.- La prueba es en unas horas más y no tenías idea
Vaya a saber uno las razones, pero a más de alguien le ha pasado que se extraña de ver tanto comentario académico entre los compañeros en las redes sociales. Al igual que en el punto anterior, acudes a esa compañera amiga para cerciorarte de que es sólo alharaca y tú estás en lo cierto, la prueba es la próxima semana. Finalmente la prueba no sólo es esta semana, sino que a primera hora de la mañana siguiente. A prenderle velas a todos los santos y apelar a la beuna voluntad de quienes tengan resúmenes.
Quéee! la prueba es mañana? Oh, no tenía idea!!!
6.- Visitas inesperadas
Debes entregar un completo informe sobre tu práctica profesional que terminaste ayer. La fecha tope de entrega es, sin opciones, mañana. No importa, tienes todos tus demás pendientes medianamente avanzados, sólo deberás madrugar un par de horas para poder cumplir. Tienes todo planificado, no será necesario pasar de largo. Estás en medio de todo y "ding-dong". Es tu primo del sur que justo pasó por la ciudad y se acordó de ti y que de hace tanto tiempo no se veían, así que decidió ir a visitarte de sorpresa.
Pero qué "agradable" sorpresa.
7.- Falleció un familiar muy cercano
La muerte es lo único que tenemos asegurado, pero no por ello estamos preparados. Ésta llega cuando menos se espera. No falta a quien lo llaman la noche anterior a un certamen para darle la triste noticia del repentino fallecimiento de la abuelita. No sabes qué hacer, la pena te ciega y confunde. Piensas que la mejor opción es ir a dar el examen en honor a la memoria de tu querida abuela, pero no tienes ni el ánimo ni la concentración para poder rendir de manera óptima.
La vida sigue...
8.- Tu bebé se enfermó
No son pocos los casos en que universitarios asumen completamente su maternidad y paternidad, con todo lo que esto implica. Ser mamá/papá no es tarea fácil, a nadie le enseñan cómo hacerlo. Si el simple hecho de serlo ya es difícil, lidiar con el óptimo cumplimiento del rol entre pruebas, exámenes y trabajos es aún más complicado. Y es que los bebés sufren de cólicos, fiebres y resfríos, cuyos síntomas -al no poder hablar- sólo expresan a través de fuertes llantos y pataletas que te hacen imposible poder estudiar.
Ah, sí? ¿tienes prueba mañana? Qué lástima, yo tengo 37º de fiebre y ni pienso dejarte estudiar
9.- Si no es resfrío, es una pataleta
Y es que claro, nadie sabe cuando le va a bajar una pataleta a la niña. Muchas veces la razón es lo de menos, pero el comportamiento logra no sólo desconcentrarte, sino que simplemente te saca de quicio. 1, 2, 3... hasta mil si es necesario, pero aplica paciencia e intenta para el berrinche. Estás contra el tiempo, es una dura batalla que debes ganar para poder recién retomar tu estudio.
Papáaaa!! quiero ir ese juguete A-HO-RA!
10.- Discusión de pareja
Siempre es bueno aclarar las diferencias en la pareja. El diálogo constante y transparente fortalece el lazo y simplifica discusiones. Pese a ello, no son pocas las veces en que el mal entendido por quién perdió el control remoto se nos va de las manos y termina por reflotar asuntos pendientes que creías superados. Ah, tenías que estudiar? Tendrás que armarte de paciencia o dar por perdida la prueba, la discusión recién comienza.
No a la violencia, en cualquiera de sus formas ni bajo ninguna justificación.
Bonus Track: Reconciliación
Después de la tormenta, viene la calma. Después de pasar toda la tarde y media noche discutiendo por algo que ya ambos olvidaron, llegan a un punto de acuerdo. Sin ir más lejos, ceden posiciones y se encuentran razón. Tanto ajetreo, estrés y tensión acalora el ambiente. La discusión se da por saldada, no hay vencedores ni vencidos y se firma la paz. Qué mejor sello de amor que una noche de pasión. De los estudios, ni luces. Eso puede esperar.
Hagamos el amor, la guerra ya la hicimos y no resultó.
Imagen CC Tantodisparo/ Gifs vía Tumblr