Tom Joad se dirige al hogar de sus padres en Oklahoma, después de estar cuatro años en prisión por matar a un hombre que lo amenazó con una navaja. Pero cuando llega al lugar se encontró con una casa sin pintar, aplastada en una esquina y desprendida de sus cimientos.
Su familia había sido desalojada de las tierras, por el banco, tal como sucedió con el resto de los agricultores del sector. Eran los años 30, la sequía destruyó los cultivos y las personas no pudieron pagar sus préstamos.
Cuando Tom los encontró, su padre le contó que vendieron todo lo que tenían en la casa para juntar dinero y poder ir a California, porque le habían entregado un folleto amarillo donde decía que en ese lugar había empleo con salarios altos. Su madre también estaba esperanzada.
“Me gusta pensar lo bien que estaremos, a lo mejor, en California, donde nunca hace frío y la fruta crece por todas partes. La gente vivirá en los lugares más hermosos, en casitas blancas levantadas entre los naranjos (…), si todos conseguimos un empleo y todos trabajamos, tal vez podamos comprar una de esas casitas. Y los pequeños saldrán a recoger naranjas del mismo árbol”, le dijo ella a Tom.
Sin embargo, él se mostró desconfiado de tanta maravilla y lamentablemente tenía razón. La realidad en la ciudad sureña distaba bastante de lo que les habían hecho creer, no sólo a ellos sino que a muchas otras familias que al salir de Oklahoma colapsaron la carretera 66, principal ruta de emigración.
Lo que sigue es una historia de sueños rotos, salarios paupérrimos, ausencia de derechos laborales, violencia, hambre y el repudiable actuar de los grandes agricultores contras los más pequeños. Pero también es una historia de esfuerzo y esperanza.
Leer la novela de John Steinbeck, es pasear por un Estados Unidos en medio de una profunda injusticia social incrementada por la gran crisis económica de 1929. Es la radiografía de la esquiva dignidad humana que nadie se atrevía a retratar y que fue llevada al cine en 1940.
“Las uvas de la ira” es una lección de perseverancia que, entre otros factores, nos lleva a reflexionar sobre las consecuencias que genera un sistema laboral tremendamente precario. Una obra que impacta y que hizo a Steinbeck acreedor del prestigioso Premio Pulitzer.
Este es uno de esos libros que debemos incluir en nuestras bibliotecas o dispositivos electrónicos. Al leerlo uno entiende porqué para la revista Time es una de las 100 mejores novelas en inglés. ¡Recomendado 100%!
Pueden adquirirlo en Librería Antártica.