Nosotros no teníamos un compañero que lo calzábamos con el auto, teníamos un compañero que ofrecía su auto. Sí, cada vez que venía en su vehículo nos decía: ¿cabros, los llevo?, así de buena onda.
Claro que había un precio que pagar… “aguantar” la carrera fórmula 1. Sí, mi compadre iba siempre rápido. Semáforos, pasos de cebras, curvas cerradas y ancianas que se cruzaban de repente, no eran impedimento para él. Siempre llegábamos en tiempo récord al centro de la ciudad. Bah, pero no me estoy quejando, es más, en alguna oportunidad hasta le hacíamos barra para que fuera más rápido.
Como era tan tela, en ofrecer su auto, cada vez que decía que no podía llevarnos, por cualquier motivo, nosotros lo comprendíamos, nadie lo presionaba o lo trataba de mala onda.
Su auto era tan legendario, que fue apodado como el “bólido rojo”. Siempre decíamos que para la titulación lo íbamos a estacionar en la tarima y nos íbamos a parar para aplaudirlo.
Bueno, cada caso es diferente, y como dije antes, hay otros personajes que tratan a sus compañeros que tienen auto como sus choferes. Ahora les tiro la pelota a ustedes: ¿Tienen un compañero que vaya a la U en auto? ¿Los lleva? Participa comentando.
Imagen CC vía State Farm