¿Qué es lo que separa a las personas que son muy eficaces en el trabajo (y de vida) de los que no lo son tanto? A menudo son un par de cosas muy concretas (y se pueden aprender). Adquirir estos ocho hábitos sencillos no sólo te permitirá hacer más cosas, podrá cambiar tu vida entera.
1. Visualiza tu éxito
Reconoce las mayores metas y logros que deseas lograr en el trabajo y la vida. Míralos, siéntelos e imagina lo maravilloso que será cuando llegues a ellos. Visualiza cómo vas a llegar allí y crea un plan. Las personas efectivas saben que tienes que mantener tus objetivos principales en la mente para poder alcanzarlos.
2. Concéntrate en una tarea a la vez
No acumules demasiados proyectos. Cada mañana, anota dos o tres cosas en las que te centrarás, y no dejes que las interrupciones te ganen. Es fácil permitir que los nuevos problemas te distraigan de seguir adelante con tu plan. Entiende la diferencia entre lo que es importante y lo que es urgente, y prioriza en consecuencia. Establece plazos.
3. Actívate
No eres prisionero de tu escritorio, oficina u espacio de trabajo. Sal a la calle por la mañana, durante los descansos, o por la tarde, y da un paseo rápido cada vez que puedas. Deja que tu mente vague mientras disfrutas del aire fresco. Con tan sólo 10 minutos un par de veces al día puedes hacer un mundo de diferencia en tu productividad. Como regla general, debes hacer algo distinto y activo para despejar tu mente todos los días.
4. No tengas miedo a decir no
Es difícil decir que no cuando te enfrentas a un nuevo proyecto o una oportunidad, pero las personas más eficaces saben que no pueden hacer todo lo que se les ponga en el camino. Si no estás seguro de que puedes tomar algo, di que no, aplaza la tarea, o delega el trabajo a alguien en tu equipo que tenga el tiempo y la experiencia necesaria para completarlo.
5. Valora tu tiempo
Dedica cada minuto sabiamente y haz tu mayor esfuerzo para evitar las distracciones. Mantén una política de puertas abiertas, pero no permitas que monopolicen tu tiempo en cuestiones que no encajan con lo que es tu trabajo, el de tu equipo y el de la organización.
6. Cuando necesites ayuda, pídela
Nuestros egos a veces impiden que pidamos ayuda, y ese debe ser uno de los errores más grandes que comete un profesional. A veces sólo se necesita un nuevo punto de vista para encontrar una solución que parecía imposible. Pide ayuda con criterio, pero cuando lo hagas, recurre a personas cuyas opiniones y valores estén alineados con los suyos y los de la organización.
7. Se un buen oyente
Las buenas habilidades de escucha son vitales para la productividad, ya que escuchar bien ayuda a evitar malentendidos y errores de comunicación que crean trabajo innecesario. Si estamos hablando más de lo que estamos escuchando, tenemos un problema.
8. Ser agradecido
Aprecia lo que tienes y las oportunidades que aparecen. Cuando estés satisfecho con tu trabajo y tu vida, te darás cuenta de que todo pasa más rápido y fácil. Toma tiempo cada día para estar agradecido por lo que tienes. Pero no te des por satisfecho. Continúa buscando conocimientos y asume nuevos retos.
Imagen CC vía massdistraction