Las técnicas de reclutamiento para un puesto de empleo son diversas, pueden ir desde una sencilla conversación hasta algo más estructurado como el Test de Rorschach. Incluso podemos enfrentarnos a una instancia donde se utilice una combinación de métodos o a un proceso que nos tome más de un día.
Independiente del panorama que se enfrente, no basta con tener un currículum atractivo. Podemos imaginar lo que ocurrirá si el desempeño en la entrevista no es el esperado por el reclutador.
Hay una serie de factores que ponen en riesgo el obtener el empleo al que se postula. Llegar tarde, asistir con una vestimenta inapropiada, utilizar un vocabulario demasiado básico o coloquial, no saber reaccionar ante preguntas incómodas, etc.
Pero en esta ocasión he querido centrarme en algunos aspectos que no suelen ser muy destacados por la bibliografía correspondiente y que debemos cuidar para que nuestra entrevista no se transforme en un fiasco.
-La comunicación no verbal: las expresiones faciales, los gestos, el tono de voz e incluso las distancias que establecemos con el interlocutor, evidencian lo que sentimos y los rasgos de nuestra personalidad.
-Atención con las preguntas triviales: es normal que el entrevistador ocupe técnicas para romper el hielo. Pueden parecer informales y sin mayor importancia, pero probablemente existe una segunda intención, como por ejemplo conocer nuestras reacciones frente a temas complejos.
-Tus ventajas frente a los otros candidatos: a quien realice la entrevista seguramente le interesará saber por qué deberían contratarte. Por eso es indispensable hacer una investigación previa para tener en cuenta lo que la compañía espera del candidato adecuado.
-Datos sobre intereses y motivaciones: los empleadores buscan personas proactivas y motivadas. Cuando, por ejemplo, se hacen preguntas referentes a lo que el entrevistado puede aportar a la empresa, lo ideal es vincular nuestras aptitudes con los objetivos de ésta. Otro motivo para hacer una investigación.
-Información sobre el empleo anterior: es usual que se pregunte sobre las causas de haber abandonado el último trabajo. Aunque suene increíble hay postulantes que terminan denostando a sus jefes o compañeros. Esa es una de las maneras más fáciles de enviar tu reputación al tacho de la basura.
-Causas del cambio laboral: el reclutador querrá saber por qué cambiaste de empleo o las causas que te llevan a postular a ese puesto y por ello no es adecuado responder vaguedades. Es necesario tener un motivo concreto.
-El factor tiempo: si te fijas constantemente en la hora, el seleccionador puede pensar que la entrevista no es importante para ti. Olvida el reloj, relájate y no te muestres ansioso.
-Naturalidad: si en algún momento el seleccionador ve que tu desempeño es muy esquematizado o poco natural, puede interpretar que estás mintiendo y que tu postura se aleja de lo que realmente eres.
-Confianza: compite contra ti mismo, da lo mejor que tengas y cree fuertemente en tus aptitudes. Así lograrás que tu interlocutor confíe en ti. Recuerda que estás siendo evaluado durante toda la entrevista.
-Negociar remuneraciones: la entrevista de trabajo no es la instancia adecuada para centrarse en el tema monetario. Insistir en ello puede ser contraproducente para el entrevistador. Espera a que llegue la etapa de la negociación.
Imagen CC vía Samuel Mann