¿Quién es “el compañero/a religioso/a”?: Es aquel personaje que profesa de forma practicante una religión, vive bajo las normas de su fe, que le permite o prohíbe actuar o hacer ciertas cosas, no tranzan sus posturas hacia ciertos temas y… eso generalmente.
Ok, algunos de ustedes me dirán: “¿y dónde dejai a esos locos que van por la vida, hueveando a los demás, prohibiéndoles cosas, intentando evangelizar a los compañeros, que son medios nazis, porque quieren que todos se unan a su religión o vivan como ellos creen, y que andan con una biblia en una mano y con a otra andan indicando a la gente y gritándoles: “¡PECADOR!, arderás en el infierno?”, bueno… la verdad creo que eso es un estereotipo que podría ser un poco exagerado. Ok, sí, hay gente religiosa considerada "cabrona", que discute con sus compañeros y les dice que están legalizando o apoyando el pecado, pero siempre he creído que son pequeños grupos, o a veces es una persona entre… ¿cuántos?, ¿1 de cada 500?, ¿1 de cada 1.000?. A lo que voy es que, no son toooooodos, quienes piensan así. Ahora, si hay algo que me molesta bastante es ese grupo de personas que goza discutiendo con los compañeros religiosos, supongo que como se oponen a varias cosas “progresistas” (aborto, matrimonio entre persona del mismo sexo, y legalización de la marihuana, entre otros temas), es más fácil atacarlo, puesto que ellos consideran que sus argumentos son obsoletos y se rigen por “un libro de fábulas”, escrito por gente que cree en “un ente divino, que podría o no existir”.
Si uno entra a los foros o páginas de noticias, y hay un tema de interés como el aborto, les aseguro que cuando una persona religiosa y escribe un comentario con sus opiniones, verán a una larga fila de comentarios que en su mayoría, putean a este personaje. Yo creo, que eso está ligado al estereotipo medio exagerado que tenemos sobre los religiosos, y creo que la gente piensa: “como este hueón religioso es tan terco, hay que decirle una sarta de garabatos para que entienda”.
Las discusiones se producen cuando dos personas explosivas de ambos bandos (religioso y no creyente) no hablan, sino que pelean intentando convencer al otro y a los demás, porque el contrincante está equivocado. Una cosa es intercambiar opiniones y otra, pelear tirando argumentos al azar.
Me acuerdo que una vez, en la U, había un grupo de jóvenes evangélicos entregando unas pequeñas biblias azules, yo recibí una y la guardé en mi mochila. Pero no faltó el tarado que recibió el librito y se ofendió: “¿Qué me entregai esta hue a mí?, yo no creo en tu religión, ustedes son… garabatos*”.
Ese personaje era un imbécil, qué le costaba decir: “¿sabí qué flaco?, no creo ni me interesa, toma tu biblia”, y largarse. No, el compadre tenía que discutir e insultar, para hacerse el bacán, lo odié inmediatamente.
Volviendo al tema, yo tenía una compañera religiosa en la U, y la verdad era una persona bastante agradable. No discutía, conversaba. Si no estaba de acuerdo con una postura lo decía, pero sin pasar a llevar al otro. Y de hecho, rara vez hablaba de religión, y eso que todos sabíamos que era una creyente practicante.
De hecho, me tocó hacer varios trabajos con ella y nunca hablamos de religión, se notaba que era creyente, pero no lo andaba anunciando o martillándole la cabeza a los demás con su fe. Supongo que por eso nadie la molestaba y a la mayoría, le caía bien.
Para finalizar, quiero dejarlos con un pensamiento, que alguna vez escuché por ahí: “si una religión inspira bien en las personas, que se comporten amables con los demás y hace que la gente saque lo mejor de ellas… ¿de verdad importa lo que crean?”.
Ahora les tiro la pelota a ustedes: ¿Tienen un compañero religioso? ¿Cómo les cae? Participen comentando.
Imagen CC Milla Oliveiira