Entonces, analizaste los pro y contra de todo, y finalmente decidiste renunciar a tu trabajo. Puede ser una decisión dura o algo fácil, no importa, pero la forma en que te trates a ti después de haber enviado esa carta de renuncia, es una parte importante del proceso que muchos de nosotros no tienen en cuenta.
Si vas a empezar a trazar tu salida, ten en cuenta estos tres consejos para que la transición sea lo más suave posible y mantengas tu reputación sólida como una roca después de que te hayas ido.
1. Lee tu contrato
La decisión de renunciar a tu trabajo, sin duda, exigirá que consideres un montón de factores. La paga, satisfacción en el trabajo o tiempos de viaje son las cosas que probablemente se te vendrán a la mente ¿o no? Lo que mucha gente se olvida, sin embargo, es la letra pequeña. Dependiendo de tu función, es posible que tengas un contrato que indique las condiciones de renuncia.
Por ejemplo Se puede dar el caso que un trabajador haya sido transferido a otra ciudad prometiendo mayor salario. Además, todos los gastos de mudanza, así como los gastos de viaje, los paga la misma empresa con el acuerdo específico de que ese empleado se quede en su cargo durante dos años. Si él se fuese antes de tiempo, por contrato estaría obligado a pagar todos los costos de mudanza.
Antes de entregar una carta de renuncia, asegúrate de revisar bien tu contrato. Ya sea para ver la duración de éste o saber si algún punto te dará problemas, leer la letra pequeña confirmará que eres libre y puedes decir adiós cuando se te dé la gana.
2. Mantenerlo en secreto
Una vez que te hayas decidido a seguir adelante, es tentador para ti compartir la noticia con tus colegas. Tal vez ellos también están considerando salir de allí, o tal vez sólo quieres dar a conocer que necesitas avanzar. Independientemente de tus razones, resiste a la tentación de contar tu decisión. Noticias de renuncia viajan rápidamente, y la mejor manera de matar tu reputación con el jefe es que él se entere que tienes planes de irte, y aún no dices nada.
Sí, va a ser difícil mantener la renuncia de forma tan confidencial, pero si puedes lograrlo hasta que decidas a hablar directamente con tu jefe, vas a mantener el tono de la conversación bajo control.
3. Estar preparado para ser un completo extraño
Mudarte a un nuevo trabajo puede ser emocionante para ti, pero tal vez no sea la mejor noticia para tus compañeros. De hecho, tu salida puede provocar algunas emociones muy intensas en la gente (resentimiento, celos, tensión y dudas de por qué alguien deja esa empresa), lo que te puede hacer sentir como un extraño luego de abandonar la oficina.
No es divertido pensar en eso, pero la realidad es que, cuando te vas a un equipo, es natural que tus colegas te vean de forma distinta. Mientras que tú todavía tienes que hacer tu trabajo y asegurar una transición sin problemas, entender que tu equipo probablemente tendrá algunos sentimientos encontrados acerca de tu decisión, te ayudará a seguir con mayor facilidad.
La mayoría de nosotros tendrá que renunciar alguna vez en su carrera, y cada vez habrá un nuevo desafío. Sin embargo, ten en cuenta estos consejos cuando estés listo para seguir adelante, y así te aseguras que saldrás con altas recomendaciones y con una reputación intacta.
Imagen CC vía Kevin Krebs