Desde hace un tiempo me he dado cuenta lo difícil que es comunicarse con la gente. Tíldenme de loca porque debería saber que estamos en la era de la comunicación digital y todos, pero todos tenemos algún medio para charlar con otro.
Pero no me refiero a ese tipo de comunicación, hablo de una más profunda: mirarnos. ¿Se han dado cuenta que cuando caminamos por la calle nos manejamos con una habilidad increíble a pesar de que estamos mirando el celular? Puede que no lo hayan notado… si estaban también mirando sus teléfonos.
A mí me ha sorprendido porque no sólo ocurre en la calle, la micro o el metro son lugares perfectos para zambullirnos en la redes sociales y no mirar nada más. Yo también lo he hecho, lo reconozco. Primero revisar las notificaciones para ver si alguien te mandó un mensaje o te escribió algo en el Facebook o retwitió lo que escribiste. Si no hay nada para ti, fijo que vas a revisar tu TL y perderte en lo que el resto publicó.
¿Y la vida? ¿Te fijaste en el paisaje que te ofrece el otoño? ¿Viste que hay un restaurant nuevo en esa esquina? ¿Viste la revista que estaba en el kiosko? ¿Te diste cuenta que a la misma hora que saliste de clases también sale una chica o chico que te mira todos los días?
A veces, por estar inmiscuidos en la pantalla, nos perdemos las maravillas que tenemos aquí y ahora. Es como si el mundo virtual fuera más entretenido que el real. Y si fuera así, si el real fuera más fome, en vez de meternos en la virtualidad deberías trabajar en cambiarlo.
En ese contexto llegó este video a mí. Lo vi en mi Facebook, un día en casa al lado de la estufa. Obvio, hay minutos que te llaman a conectarte y éste era uno de esos. Porque mi idea no es ser mojigata y decirle NO a las redes sociales. Así no es la cosa, el tema es saber darle su tiempo a todo, saber que cada cosa tiene su lugar y razón de ser.
Porque sin duda, la vida te depara demasiadas maravillas como para perdértelas por estar pegado a la pantalla de tu celular o Tablet o iPod. Si te subes con tu amiga o compañera en la micro ¿no sería más lindo conversar mirándonos y riéndonos en vez de meterte a chatear? Échale un vistazo a esto:
¡Avispémonos, chiquillos! ¡Pucha que hay cosas lindas si decidimos mirar de verdad, si decidimos mirarnos!
Imagen CC Landahlauts