La primera vez que conocí una universidad "cota mil", fue en un viaje desde Arauco a la capital organizado por mi colegio. Decidimos hacer ese tour porque éramos demasiado Carmelos y porque tenía compañeros a los que les tincaba irse a estudiar a Santiago: tierra de las oportunidades y autos con la alarma sonando a las 5 AM. Después de unas 7 horas de viaje, nos dieron el recorrido usual: Fuimos a la Casa Central de la U de Chile, luego a la Pontificia, comimos helados en el Paseo Ahumada, casi me atropellaron en el cruce de la Diagonal Paraguay, me pegué un Marilyn Monroe en una de las rejillas del metro y un santiaguino me preguntó si veníamos del Mall Parque Arauco (?)
Hasta ahí, el paseo era absolutamente normal. Entonces, nuestra orientadora nos comentó que nos habían invitado a conocer la Universidad del Desarrollo y que hasta había un móvil esperando por nosotros. Cuando llegué allá arriba, se me cayó la boca al suelo: mientras su sede penquista es un edificio de ladrillos de no más de cuatro pisos que no tiene ni patio, ahí estaba ese mega edificio con la cordillera a modo de jardín trasero. Creo que ese día nos entretuvimos más contando cuántos autos del año habían, que pescando las charlas…
¿Qué son las universidades “cota mil”?
Voy a ser lo más objetiva posible para definirlo, porque tengo conocidos metidos en esas casas de estudio y son como cota quinientos o cota cien no más. Onda, de esos que suben fotos de carretes muy pelolais un día y después te los pillas raja tiraos’ sosteniendo un monólogo sobre Pinochet. Ah por cierto, el término lo acuñó el Padre Berríos en una columna de El Mercurio que sacó ronchas hace unos años atrás.
Podríamos decir que estos planteles tienen cinco síntomas:
1) Quedan a la cresta (de la loma): Es imposible llegar a la puerta con el típico combinado metro + micro. La estación más cercana está tres comunas más abajo, así que hay que esperar una micro -híper específica y que pasa seis veces al día- para que te acerque un poco y cuando te bajas de ella, siempre hay un tramo para practicar trekking o andinismo. Algunos hasta hacen dedo. Lo cual nos lleva al siguiente punto…
2) Tienen estacionamientos tipo mall: Amplios, bien pavimentados y siempre llenos (obvio, si no hay otra forma de llegar). La gente puede estacionar el vehículo con toda tranquilidad, no como en la U de Conce, donde tus neumáticos pueden terminar en un asado anarquista (sobre todo si es el segundo jueves del mes).
3) Rasgos caucásicos: Si bien no todos son modelos de alta costura ni tiene apellidos impronunciables, basta una mirada general al panorama para darnos cuenta que predominan los rasgos europeos, los cabellos desde el rubio hasta el castaño claro y las piernas largas. De hecho, tengo amigos que están sacando su maestría en acoso y suben allá sólo a “avistar minas bonitas” (cuidado, cabras).
4) Sus estudiantes tienen buen pasar: Predomina la clase media-alta para arriba, con unos eventuales becados clase media-baja dando vueltas; estos últimos están ahí para aportar a la “diversidad”, pero sobre todo, para subir el puntaje promedio del plantel. Y no es que tengan un letrero en la puerta diciendo “se recibe sólo gente con plata”, pero basta mirar el precio de sus aranceles para que cualquier ser humano con ingreso promedio se espante y salga corriendo cerro abajo.
5) Parece que estuvieras en otro país: Calles limpias, aire sin partículas extrañas flotando en él, casas de fachadas bien pintadas, presencia de verde, canto de pajaritos. ¡Con razón los empresarios que viven por allá creen que Chile es el jaguar de Sudamérica y que estamos bacán! Obviamente allá no hay marchas, paros, tomas ni señoras vendiendo sopaipillas a la salida (o sea, se están puro perdiendo lo mejor de la vida).
¿Qué universidades entran en esta clasificación?
Hay tres instituciones que son las más representativas de este estilo de vida: La Universidad de Los Andes, Universidad Adolfo Ibáñez y la ya mencionada Universidad del Desarrollo.
1) Universidad de Los Andes
Este plantel pasado a Opus Dei fue fundado en 1989, para el encanto de la ultraderecha y los fanáticos de tener cabros chicos a granel. Saltaron a la fama en 2004 con su carrera de “Administración y Servicio”, diseñada exclusivamente para mujeres. En ésta, tras 5 años de arduas clases de cocina, decoración y economía del hogar, te dejaban convertida en una super woman capaz de complacer al marido y criar bien a los dieciséis hijos sin siquiera descuidar el esmalte de las uñas.
Como el bullying por dictar la carrera de “dueña de casa” no fue suficiente, después decidieron impartir seminarios sobre “cómo curar el trastorno de la homosexualidad”. También se enojaron cuando el Padre Berríos fue para allá y quedó tan choqueado con su burbuja social, que se preguntó seriamente “¿Qué clase de gente egresará de acá?” Actualmente, sus dirigentes estudiantiles se dedican a ser discriminados en la Confech por no ser muy revolucionarios y usar mucho arito de perla.
2) Universidad Adolfo Ibáñez
La fundaron en 1988 y cualquier parecido con la fecha anterior, debe ser pura coincidencia (ni se les ocurra que fue por culpa de una reforma en tiempos de Dictadura). La levantaron sobre las bases de la Escuela de Negocios de Valparaíso, por eso allá el arancel se paga en UF’s y por los pasillos se habla de business, retail, factoring, Start-Up, junior o CEO (jamás he entendido por qué todo lo hablan en inglés, como si fueran los únicos con ese ramo)
Son famosos por sus seminarios de formación política, que incluyen exposiciones tan jocosas como "la moralidad del capitalismo" o a conocidos pinochetistas dictando cursos sobre "dignidad humana" o "¿Qué es la libertad?" Tiene muy buenos profesores y carreras, excepto Filosofía y Literatura (cuyos programas fueron cancelados en 2004 y 2008, respectivamente), porque son profesiones demasiado pobres y revolucionarias (?)
3) Universidad del Desarrollo
La crearon en 1990 en la ciudad de Concepción y su primera carrera impartida fue Ingeniería Comercial. Ahora, ¿en qué momento esta sede se convirtió en la hermana pobre del campus santiaguino? No lo sabemos, pero hasta hoy a la UDD Concepción le hacen bullying por ser el único plantel en toda la ciudad donde no cabe una ramada dieciochera masiva (en serio, en Conce eso es extremadamente relevante).
Pero volviendo a la capital (porque Santiago es Chile), esta U se ha vuelto una buena opción para los estudiantes de carreras de la salud, porque tiene convenio con un montón de clínicas e incluso, tiene sus propios edificios de atención odontológica (aunque debo admitir que la única enfermera egresada de la UDD que he conocido me dejó el brazo todo moreteado porque no sabía poner la antirrábica).
Desde 2012 que la están investigando por irregularidades en su administración, que incluyen: altos sueldos a miembros del directorio o ejecutivos importantes, externalizar servicios relevantes (cuyo lucro se retira a través de sociedades espejo) e incorporación de familiares al directorio. Joaquín Lavín debe estar súper feliz con esto.
Así que ahora manejan toda la información necesaria para saber lo que es una universidad cota a mil (porque en el proceso de admisión nadie te lo va a explicar).
Imagen CC Zona E del Transantiago