En los primeros días de universidad todos son amigos de todos, aún nadie se conoce muy bien ni cacha los gustos del resto, tampoco ha habido tiempo para que empiecen los pelambres y menos las peleas. Son tiempos de paz y unión, el curso es uno solo y el compañero o la compañera más prendido pone su casa para que puedan carretear los 30, 40 o 50 y la mayoría llega, menos uno.
Avanzan los meses y, como es natural, los intereses comunes comienzan a hacerse notar. Las pelito lais se siente cómodas entre ellas, el parcito rockero o metalero ya construyó su burbuja detrás de la sala, los cinco más mateos pelean en primera fila por el favor de cada profesor, los peloteros organizan sus primeros equipos. De este modo las juntas ya no son de 30 o 40, salvo raras excepciones, pero cada uno ya tiene su grupo en el que se siente cómodo y empieza a construir amistades, menos uno.
Este "menos uno" no comparte con el curso, se limita a hablar lo justo y necesario con sus compañeros y profesores. Muchos no lo notan hasta las primeras veces que le toca alguna presentación delante de todos, o un trabajo grupal. "Yo pensé que era amiga tuya", "para nada, solo hemos hablado dos veces", nadie la conoce o lo conoce, es un misterio. A priori a nadie le cae mal ni bien.
¿Qué razones llevan a alguien a apartarse del curso con el que convive la mayoría de los días del año? Algún problema psicológico que le signifique niveles de nerviosismo o timidez más alto de los que podríamos entender; una edad muy diferente a la del resto, por ejemplo un alumno que ya viene de otras carreras o decidió estudiar siendo adulto; un tipo que desea estar en cualquier lugar del mundo menos estudiando en esa sala, esa carrera; alguien deprimido que no ve importancia en nada ni nadie; alguien que mira en menos al resto; la verdad, no lo sé, por más razones que busco no me hace sentido, por lo mismo me cuesta empatizar con este antisocial universitario.
Evidentemente es común ver a este personaje solo, pero no tiene un perfil único en el que encasillarlo, no responde a un estilo especial, puede "dársela de malo", como puede parecer un perno ultra tímido. En lo personal si he notado un rasgo en común, y es que en todo momento que no sea una clase, escucha música como método de rechazo al resto, es su cartel de "no me molesten".
No tengo nada contra el personaje que no comparte con el curso, lamentablemente no lo entiendo. Lo que sí, creo que cualquiera de ellos puede integrarse, pero nunca lo hará solo, allí viene la pega de algún grupito buena onda.
¿Tú tienes algún compañero solitario? ¿Qué opinas de él y qué te despierta? ¿Extrañeza, pena, rabia?
Imagen CC vía Ainudil