Los estudios superiores implican cambios radicales en tu estilo de vida, sobre todo si es tu primer año en la U o si te tuviste que mudar a otra ciudad. Los carretes constantes, el estrés que antecede a cada certamen, la falta de tiempo para comer correctamente o el cero dominio de la cocina, son factores importantes y que afectan directamente a tu peso y con ello, tu salud y autoestima.
Aunque suene triste, cuando llegué a estudiar a Concepción, necesitaba leer la parte de atrás de la bolsa de arroz para saber cómo prepararlo y mi dieta giraba en torno a comida instantánea, atún en lata y cereal con leche. A la mala entendí que me hacía pésimo y que incluso, no ayudaba a que mi cerebro rindiera (me la pasaba durmiendo desmayada en todos lados), así que acepté realizar cambios: aprendí a cocinar a puro tutorial de Youtube y empecé a ponerle atención al etiquetado de los productos. Y al revisar con más detalle lo que compraba en el supermercado, descubrí que hay alimentos típicamente “universitarios” que son peor que comer manteca a cucharadas. ¡Atentos al listado!
1) Sopas Maruchan
Es la marca más conocida, si bien no es la única que produce estas sopas instantáneas que constan de noodles que se cuecen al instante y un par de verduras deshidratadas flotando en un caldo saladísimo (¿Por qué las compraba antes?) A muchos les gustan porque ahorran un montón de tiempo y trabajo: si es sólo echar agua hirviendo, revolver 3 minutos y ¡listo! No hay que lavar ni platos, porque vienen en su propio vasito desechable de material dudosamente parecido al plumavit (debe ser súper bueno calentar eso y luego comer dentro de él). Pero como todo viene deshidratado, contiene muy pocas vitaminas y minerales, mientras que los niveles de sodio son altísimos. O sea, consumirlas tiene tanto sentido como darnos vuelta un salero sobre la lengua ¿Quieres hipertensión? ¿O inflarte por retención de líquidos? Vos dale.2) Latas de atún
Nuevamente, la comida fácil. Nos gusta porque es llegar y abrir la lata (si bien admito que tengo problemas con eso y siempre me termino cortando la mano y creando una ensalada de atún gore). Aunque tu madre probablemente te ha dicho mil veces que comas carnes blancas, en este caso sigue siendo un alimento en conserva que chorrea sodio y aceite cada vez que lo abrimos. Más encima, este pescadito es famoso por juntar mercurio a granel en sus tejidos, lo cual puede trasladarse a los tuyos. Para evitar que te dé cáncer por dártelas de sano y comer mucho pescado (lo cual sería triste), se recomienda no consumir más de una lata a la semana. En lo personal, me quedo con la famosa “pescá fresca” (merluza) que venden en las ferias: es buena, bonita y barata (porque si lo meditan, se darán cuenta que $900 por una lata de atún igual es ridículo).3) Nuggets de pollo
Probablemente los amas porque son crujientes y los cocinas en 10 minutos con un sartén y un poco de aceite. Si hasta parecen una comida normal. Pero la realidad es que para fabricarlos agarran todos los pedazos de grasa y nervios que nadie quiere comerse, los pasan por la moledora y le ponen una cobertura hipercalórica. Por eso, no es extraño que su contenido graso supere el 50% y que contenga más carbohidratos que proteínas. Si quieren comer carne sin gastar mucho, yo siempre recomiendo comprar bandejas de pavo: es una de las proteínas más baratas y queda rica con verduras, a la plancha o en una sopa.4) Las vienesas
Se preparan en cinco minutos sólo con agua hervida y sirven para adornar casi cualquier plato, así que entendemos por qué las compran. Pero lamentablemente, las salchichas tradicionales están hechas de sobras de distintos animales, vísceras y sangre. Esto se muele hasta que queda una pasta y se mezcla con agua, preservativos, sabores y colores artificiales (o sea, puras cosas pasás a cáncer). Como si eso fuera poco, después lo embuten en un pedazo de intestino animal. Al final, es más agua, sal y grasa, que proteína. Si todavía les gustan mucho, se recomienda ver cualquier video de Youtube que documente el proceso. Intente no vomitar.5) Barritas de cereales
Desde que les dio la cuestión con las colaciones sanas en colegios, que las he visto harto en manos de cabros chicos. También los estudiantes recurren a ellas, especialmente cuando no alcanzan a desayunar por haber coqueteado demasiado con Morfeo. Aunque se les asocie a la “comida nutritiva”, casi todas las marcas de barra de cereales contienen jarabe de maíz de alta fructosa, alto contenido de sodio y grasas trans. O sea, una humilde hallulla con mantequilla es mucho más sana. Háganle caso a la sabiduría de abuela.6) Cereales azucarados
Que el tigre de Kellogg’s no te cuentee: las vitaminas y minerales que se supone que tienen estos cereales, son mínimas, se añaden de manera artificial y el cuerpo rara vez las utiliza. Estos están compuestos de pura azúcar y maíz transgénico: Insistimos en que es mejor una hallulla. Y más barata.7) Los aderezos de ensaladas
Sales a comer con tus amigos y, por dártelas de sano y bacán, pides una ensalada. Pero si la estás comiendo en un restaurante, es probable que venga cubierta en dressings como salsa de ajo, salsa césar, mayonesa con eneldo, etc. Suena súper rico, pero la realidad es que si recubres tus lechugas en eso, estarás comiendo casi las mismas calorías que tu amigo que pidió una hamburguesa. Esto, debido a que contienen jarabe de maíz de alta fructosa. Y sí, es segunda vez que menciono esa cosa en esta nota, porque a los fabricantes les encanta utilizarla para darle más volumen a los alimentos. Mejor pide el orégano y el aceite de oliva o sino, pídete de plano unas papas fritas, porque sólo estarás haciendo el loco y subirás de peso igual.8) Ketchup
Ya, ok, admito que hubo un tiempo en que era tan charcha para cocinar, que le echaba kétchup a mis tallarines y a eso lo denominaba “mi almuerzo”. Pero a pesar de que el ingrediente principal de este condimento es el tomate, también contiene cebolla, especias, vinagre y un alto contenido de azúcar. Es muuuuy calórico (100 gramos de esta salsa aporta 100 calorías) y más encima, le cae como patada en la guata al que tenga gastritis, problemas de colon o con la insulina. Yo ahora lo reemplazo salteando tomates de verdad: cumple la misma función, saben mejor y es más sano.9) Salsa de soya
Si gustas de comer sushi o verduras salteadas, probablemente recurras continuamente a este condimento. Alguna vez se preparaba fermentando las semillas de soya con un honguito en particular (el Aspergillus Oryzae), pero esos tiempos han quedado atrás y lo que hoy nos venden es una masa oscura y artificial, pasá a colorantes, preservantes y sal.10) Los cafecitos de máquina
Cada vez que estamos luchando por no quedarnos dormidos en una clase, recurrimos a ellos. Es inevitable: calentito, dulce y alentador. Más encima tienen muchísimos sabores, que van desde un simple capuccino hasta café con sabor a toffee. Pero lamentablemente tienen tanta azúcar y grasa, que hacen que la cafeína pase a segundo plano: un vasito puede contener hasta 400 calorías. Mi consejo: mejor cómprense un termo y lleven café desde su propia casa.Otros consejos: Si no quieren caer en la tentación de terminar ordenando un pizza cada vez que hay certamen, se recomienda tener siempre a mano colaciones sanas (sí, igual que los cabros chicos): granola natural, frutas y yogurt descremado. Evita comer en las noches, ya sea por ansiedad o aburrimiento y concéntrate en hidratarte (una buena opción es tener el hervidor y el té a mano). Come en casa y alimentos que tú prepares cuando sea posible y controla tu peso regularmente.
Ahora, tampoco hay que ser un nazi de los kilos: no es malo regalonear nuestro estómago de vez en cuando. Mantengan las cosas en equilibrio y ¡a disfrutar la etapa universitaria!
Imagen CC vía Jypsygen