La figura del jefe -en la mayoría de los casos- es casi impenetrable: una persona con carácter y decisión, quien pareciera tener mucha seguridad y confianza en sí misma para enfrentar nuevos desafíos, por lo que la palabra "miedo" no existiría en su vocabulario. Y aquí es donde nos equivocamos.
Generalmente, cuando tenemos un "jefe nuevo" pensamos: "¿Tendrá las condiciones suficientes para estar ahí?" o bien cuestionamos sus decisiones, cuando pensamos tener un poco más de experiencia que ellos sobre algunas materias. Criticar al jefe es lo primero que se hace cuando algo sale mal, puesto que como él (o ella) es la persona que "está a cargo", es también quien debe asumir las consecuencias de los errores ajenos.
Pero ¿qué pasa cuando un proyecto completo no resulta o el trabajo realizado por el nuevo mandamás no es suficiente? La palabra fracaso es la primera en aparecer y precisamente, el miedo más grande -y oculto- de todo jefe supremo.
A primera vista, el miedo no se reconoce en ellos, pero esto no significa que no exista. De hecho, a medida que trabajamos en una empresa, nuestras habilidades van aumentando y nuestro trabajo se ve recompensado con más responsabilidades. Al principio esto no es un problema, ya que nuestra confianza crece y nos sentimos respaldados por nuestros amigos y compañeros de labores, pero ¿qué pasa cuando obtenemos el puesto más alto? ¿a quién recurrimos si tenemos dudas? Claramente no consultaremos a los empleados y ¿el jefe?, eh bueno, ahí es donde pensamos "yo soy el jefe".
Pero ¿por qué este miedo tan oculto y aterrador? una cosa es que todos digan "el jefe es el responsable", pero ciertamente así está diseñado el modelo y así es como líderes deben responder. Toda decisión tiene una consecuencia que puede favorecer o destruir a una empresa.
Y así funcionan los "rostros" de cada marca o compañía. Lo mismo pasa con los líderes políticos. Si pensamos en Argentina, pensaremos en Cristina Fernández antes que en una milanesa; si pensamos en Perú, recordaremos primero a Ollanta Humala que a Machu Pichu y si pensamos en el caso de Estados Unidos, Barack Obama podría ser más famoso que Mc Donald's.
Este tipo de poder, está acompañado por demasiada presión para una sola persona y es, precisamente, el miedo más grande de todo líder o jefe, porque si fracasan en ese puesto, quedará marcado en la historia de esa compañía, para siempre.
¿Qué piensas ahora sobre ser jefe? ¿Estás de acuerdo con esta observación?
Fuente: BBC
Foto CC vía Eneas