Cursar estudios superiores y tener plata parece ser imposible de que ocurra al mismo tiempo. Da lo mismo si asistes a una universidad de prestigio, a un desacreditado plantel o al instituto profesional más lucrador: siempre estás quebrado. Porque claro, estás estudiando, no trabajando, dah.
Sabemos que la plata que te pasan tus padres se hace poca, la Junaeb se te va en el primer pedido del supermercado y las becas sirven apenas para tapar una muela. Y si a eso le sumas que te vayas a estudiar a otra ciudad o que sea tu primer año viviendo solo: ayayai, cabrito. Pero no se preocupen, porque con un par de consejillos podemos lograr que la beca menstrual siga llegando una vez al mes, pero que dure más de cinco días…
Aviso: Si usted pertenece al 1% de Chile que no tiene este problema, puede obviar este artículo y reírse de tanta pobreza tomándose un Chivas de 12 años.
1) Evita comer fuera de casa
Da lo mismo si vas a la cocinería más barata y con más ratones con Hanta: comer afuera suma demasiadas lucas al día e incluso a un trabajador de tiempo completo le cuesta sustentar esta práctica. Además, debes saber que los locales de colaciones tienen costumbres terribles, como rellenar algunos platos con maicena (para hacerlos rendir), lo cual te puede mandar directo al médico con un colon hinchado como pelota (y ahí sí que vas a gastar plata).Para evitar todo estos problemas (los precios, el mega colon, subir de peso porque la cocinería rellena platos con cosas raras), la solución es obvia: cocinar en casa. Siempre será más conveniente agarrar un pedido de supermercado de 15 lucas y transformarlo en muchas colaciones, que desembolsar entre 1.300 hasta 5.000 pesos por sólo un plato. Si vives cerca de tu plantel, puedes disfrutar la comida recién hecha; si estudias cuatro comunas más allá, llevar un potecito es buena opción.
Y hablando de hacer el pedido, vamos al segundo punto…
2) Planea tus viajes al supermercado
No sirve de nada que vayas tres veces a la semana a este Santo Grial del consumismo y te tientes con todo lo que la malvada publicidad ponga en tu camino. Lo más sano es agarrar el dinero del mes destinado a comprar comida y pensar con la cabeza muyfría: ¿Qué necesito?Entre los básicos de una despensa se encuentran: la infaltable bolsa de arroz, un pack de tallarines con salsa, jurel (más barato y rendidor que el atún), su docena de huevos y pan de molde. Las frutas y verduras sí se recomienda comprarlas de manera semanal y ojalá en ferias o almacenes. Las más elementales: un paquete de zanahoriasy una malla de cebollas pueden hacer maravillas con tus comidas, mientras que las papas pueden satisfacer todos tus bajones.
Si vives solo, no olvides otros ítems como papel higiénico (no te va a gustar ahorrar en eso), cloro y lavaloza (puedes comprar las bolsitas de recarga, más baratas que la botella).
3) No se te ocurra perder el pase
Consejo evidente, pero que se nos olvida cada vez que salimos a carretear y volvemos sin ninguna tarjeta en la billetera. La tarifa escolar es salvadora y puta que la extrañarás cuando termines de estudios. Otra buena idea es invertir en una bicicleta: puedes comprar una usada o la más china que pilles en un supermercado, lo importante es que tenga ruedas y frenos. Te permitirá ahorrar tanto en pasaje, como en gimnasio. Compren un casco igual o sino ya pueden ir ahorrando para la fracción del cementerio (dijo la alharaca).Los que viven en ciudades más pequeñas, a usar esas piernas, porque hasta que no descubran una napa subterránea de petróleo en medio del Desierto de Atacama, el pasaje seguirá siendo caro en cualquier punto del país.
4) Carretea como universitario
¿Te acaban de depositar la beca y quieres sacarla del cajero para ir directo a ver a tus alcohólicos amigos? Pésima idea. Si quieres gastar sólo 5 lucas en un carrete, lleva sólo esas 5 lucas en tu billetera. Ahora, pasártela en discos o bares también es nocivo para el bolsillo: hacer la previa o el carrete entero en una casa particular te enseñará que a veces es mejor la cantidad (de veces que sales) que la calidad (de los copetes).5) Reduce los gastos en salud al máximo
Sabemos que las farmacias están coludidas, que los consultorios ni tienen ni aspirina y que Fonasa te cubre 1/4 de los bonos. Pero tarde o temprano todos nos enfermamos. Por eso, recomiendo armar un botiquín básico y ojalá cuando las farmacias hacen descuentos. Por ejemplo: comprar antigripales en verano puede ser una gran inversión para el invierno.Recuerda siempre preguntar por los bioequivalentes o los genéricos (ojo, no son lo mismo) y da tu RUT en las farmacias, porque uno nunca sabe cuando está asociado a alguna caja de compensación (a mí, mi madre nunca me había avisado y lo averigüé de pura chiripa).
Algunas universidades tienen farmacias estudiantiles con precios de fábrica, así que si tu plantel es uno de esos: APROVÉCHALO. De la misma forma, muchas casas de estudios tienen servicio de enfermería, medicina, dentista o convenios con instituciones para hacerse los exámenes. La mejor forma para conocer si existen estos beneficios en tu plantel, es preguntando ;)
6) Vende lo que no utilices
Admito que soy una fanática de sitios web como Yapo.cl y que soy capaz de conseguir ofertas hasta por un cortaúñas si es necesario. Anímate con cualquiera de estos sitios para vender aquello que no utilices: un teléfono muy viejito, un notebook fallado, tu ropa de los dulces 16, los calcetines que te regala tu abuela. Así conseguirás dinero y espacio en tu armario al mismo tiempo. Win, win.Y bueno, para los nostálgicos de las antiguas formas de comercio, siempre hay alguna plaza/paseo peatonal/feria donde pueden ir a vender sus cosas en persona.
7) Lleva las cuentas en una libretita
Una libreta pequeña y un lápiz pueden salvar tu presupuesto. Yo siempre anoto mis gastos y admito que tuve un tiempo de fanatismo en que anotaba hasta si compraba un chicle. Dejar nuestras compras escritas en papel nos ayudaba a visualizar mejor qué es necesario, en qué estamos fallando y cuál es nuestro presupuesto ideal para sobrevivir el mes.8) Descuentos, descuentos y más descuentos
No importa si vas a terminar pareciendo una vieja amarrete con exceso de tiempo libre: hay que estar siempre atento a toda forma de 2x1, promoción, barra libre, cupones o muestra gratis que se pille en el camino. ¡Todo lo ahorrado suma!9) Trabajar a medio tiempo
Si ya no das más estirando tu billetera, siempre uno puede meter algún trabajo entre las ventanas que hay en los súper ordenados horarios universitarios. Ya sea una pega a medio tiempo con todas las de la ley, freelanceos casuales o hacer clases a quien lo necesite. Las opciones son múltiples y aportarán significativamente a tu presupuesto mensual y currículum.10) Educación gratuita y de calidad. O si es mucho pedir: muerte al arancel referencial.
Porque es súper entretenido salir de la U, pillar el mundo laboral saturado/pasado a pitutos y que te empiecen a llegar las cuentas del crédito. ¡Ánimo, cabros!Imagen CC vía Stuartpilbrow