La sala 203 tiene historias sobre pobreza, racismo, educación deficiente, padres presos, violencia y un grupo de alumnos calificados como “casos perdidos”, algunos de ellos provenientes del reformatorio, con GPS en sus tobillos y otros que deben viajar largos trayectos para llegar a clases.
Es el eje central de Escritores de la libertad, película protagonizada por Hilary Swank, en el papel de la profesora de inglés Erin Gruwell, quien se enfrenta no sólo al complejo comportamiento de sus estudiantes, sino que también a los obstáculos derivados del sistema que establecía los paupérrimos requisitos en la educación.
Al llegar al Instituto Wilson Classical en Long Beach, la docente entrega su plan de trabajo a la subdirectora, quien le sugiere que libros como La Odisea, son muy difíciles para los jóvenes y que el programa de integración les hizo perder a gran parte de sus mejores alumnos. Ahí es cuando Gruwell entra con una frase magnífica que se transformó en el arma para lograr sus objetivos: “la verdadera lucha comienza con los alumnos”.
En su batalla, ella fue testigo de la segregación que enfrentaban los estudiantes, al ser agrupados en salas de peor y mejor rendimiento y de la prohibición de entregarles libros, porque los maltrataban. En reemplazo había resúmenes de textos que poco aportaban a la metodología de estudio.
Gruwell comenzó a comprar, con su sueldo, material para los alumnos. Lo primero que les entregó, fue unos diarios de vida para incentivarlos a escribir. Ello le permitió enterarse de historias escalofriantes, donde los asesinatos y las balas eran el factor común. También les enseñó sobre el holocausto y les compró libros nuevos, entre ellos El Diario de Ana Frank, que cobró especial protagonismo.
Durante 120 minutos esta película, basada en el libro The freedom writers diary, nos muestra el admirable esfuerzo de una docente novata por mejorar la vida de sus alumnos, pese al nulo apoyo de sus colegas y los problemas en su vida personal. Nos enseña que las ganas pueden más que las carencias y que un profesor con verdadera vocación es capaz de generar cambios significativos.
En Chile llevamos años discutiendo sobre la vergonzosa calidad de nuestra educación, pero sin duda tenemos a muchos profesores que tal como Erin Gruwell, luchan día a día para apoyar a sus alumnos, independiente del cerro de dificultades que encuentran en el camino.
Dirigida por Richard LaGravenese, Escritores de la libertad es un homenaje a la perseverancia y valentía. Una inspiración para nuestras carreras o proyectos personales. Sin duda, una película totalmente recomendable.