Sí, la gestión de una empresa sería mucho más fácil si todas las personas fuesen simpáticas y "dóciles", pero no es así. Cuánto más grande es una compañía, menor es la posibilidad de manejar bien a todas las personas.
También es cierto que un jefe puede prescindir de las personas difíciles en cualquier momento, pero un buen talento es difícil de encontrar, así que antes de ir por ese camino, vale la pena el esfuerzo tratar de hacer un trabajo persona a persona, por más que cueste.
Cuando nos enfrentamos a un problema de personalidad, la mayoría de nosotros hace una de estas dos cosas (y no sólo en el trabajo): O nos enfrentamos a la persona de frente, lo que lleva a la hostilidad creciente, o bien evitamos el trato con él o ella y dejamos que el problema empeore. Tampoco es una solución eficaz y en una empresa esto puede ser señal de crisis.
En lugar de ser rígido y fijarse a lo típico, se puede utilizar un tipo de comunicación aikido para canalizar las propias energías de los empleados problemáticos y transformarla en cosas que los beneficien a sí mismos, a sus compañeros de trabajo, y a la empresa.
He aquí un vistazo a tres de las personalidades más desafiantes y la forma de tratarlas
1. Narcisistas
Los narcisistas tienen una idea exagerada de su propia importancia y anhelan la atención constante y la alabanza. Son egocéntricos y carecen de la capacidad para la empatía. Uno tiene que darse cuenta de que a esta persona no le importa lo que otro siente, lo que es un gran inconveniente en el lugar de trabajo.
Decirle a alguien cómo su comportamiento hace sentir a los demás o cómo perjudica a la empresa, no es un método que funcione con los narcisistas. Ellos también son extremadamente sensibles a las críticas y tienden a reaccionar mal. Si quieres mantenerlos a raya y enfrentar su personalidad, hay que enmarcar las cosas en términos de cómo a ellos podría servirles el cambio. Siempre que vaya en beneficio de su sed de poder y atención, cualquier crítica es bien recibida.
2. Pasivo-Agresivos
Son los que te prometen ayuda con un proyecto, pero luego no lo hacen o aparecen 15 minutos tarde. La Pasivo-agresividad es una forma de ira, pero no una forma pura y simple.
Un problema con estas personas es que todos creemos que llegando hasta el fondo de su enojo podemos ayudarlos a sonreír más, sin embargo, la pasivo-agresividad es un problema sicológico, por lo que el pozo que hay que excavar para llegar a sus problemas es muy, muy hondo.
Otra cosa a tener en cuenta es tu propia reacción hacia estas personas. Las personas pasivo-agresivas te dejarán colgando. Ellos pueden hacerte sentir que no vales la pena, ya que ellos no mantienen la atención en ti 24/7, a veces les importas, a veces no.
¿Cómo lidiar con los empleados pasivo-agresivos? A diferencia de los narcisistas, estas personas sí tienen la capacidad de empatía. También quieren avanzar en su lugar de trabajo y de esa forma puedes motivarlos. Principalmente, te tienes que fijar en expectativas muy, muy claras. La única manera es decir muy claramente lo que necesita de ellos y cuándo." Lo más probable es que traten deslizarse a través de cualquier resquicio legal que pueden encontrar, así que con ellos hay que ser excesivamente precisos.
3. Chismosos
Cada lugar de trabajo tendrá una cierta cantidad de chismes, pero si uno de tus empleados goza de informar malas noticias todos los días sobre ti, otras personas de tu empresa, o incluso la competencia, eso es un comportamiento destructivo y hay que hacer algo al respecto.
El primer paso para hacer frente a un chisme es no dejarse atrapar. No participar en ellos puede ser complicado, en función del tema de la conversación. Aún más importante, no hay que ceder ante el deseo natural del ser humano para saber exactamente lo que se dice acerca de uno o tratar de complacer a todo el mundo para que no hablen mal.
Más allá de eso, es una buena idea advertir a los chismosos sobre su comportamiento, y explicar que no es útil para tu lugar de trabajo. Llamar la atención a estas personas los "corta" bastante. No tienen la personalidad fuerte de un narcisista.
Más allá de lo anterior, en una oficina siempre es bueno tener una charla sobre los chismes y su efecto destructivo para la sociedad en general. "El lugar de trabajo es un caldo de cultivo para los rumores. Si tratar con honestidad y explicas por qué no es bueno para tu empresa, das más poder a los empleados que no quieren chismes.