Para muchos de nosotros, las únicas horas de sueño posible son en la noche y nunca las 8 que nos recomiendan ¿Hay algo que podamos hacer? Sí.
Las siestas, las maravillosas y gloriosas siestas. No son un sustituto total de la falta de sueño, pero te pueden beneficiar de una forma que ni te imaginas, y en poco tiempo.
Te contaré una historia:
Un día, sentado en mi escritorio, incliné mi cabeza hacia atrás... y tomé una siesta.
Desperté 20 minutos más tarde sintiéndome recargado, renovado, y con ganas de sumergirse de nuevo en lo que estaba haciendo. De repente, me di cuenta de que una siesta no es siempre algo que debamos resistir; una siesta intencional puede realmente mejorar mi rendimiento general.
La clave es tomar una siesta sabiamente y estratégicamente, sobre todo cuando a ciencia del rendimiento y productividad personal se refiere ¿O acaso es bien visto tomar una siesta?
Según Daniel Coyle, experto en temas de rendimiento laboral, estamos viviendo en un momento en que por fin las empresas comienzan a reconocer el valor de una siesta: neurólogos están promocionando los beneficios del aprendizaje de la siesta del mediodía y las compañías de Silicon Valley están compitiendo para ver quién puede diseñar las habitaciones de la siesta más de moda.
Dormir la siesta no es sólo es eso, es una habilidad. Así que con eso en mente, Coyle recomienda las siguientes cosas:
1. Quítate los zapatos: Dejarse los zapatos para una siesta es como usar un traje de baño en la ducha: que puedas no significa que debas. Esto no se trata de ser eficiente, se trata de tomar un sueño de gran calidad, y eso significa poder estar cómodos.
2. Ponte horizontal: Incluso Thomas Edison, un adicto al trabajo que le gustaba jactarse de que él sólo dormía cuatro horas al día, obedeció esta regla. Él limpiaba su mesa de trabajo y se extendía como un campeón. Además, posicionarse de forma vertical te permite dormir un 50% más rápido; es la señal que le dice a tu cuerpo: "Esto es de verdad, amigo."
3. Dormir bajo una manta. Las siestas bajan tu metabolismo, lo que naturalmente te lleva a una baja temperatura corporal. El truco aquí es tener una manta que no sea demasiado pesada, y no demasiado ligera.
4. El tiempo ideal de descanso es de 20 a 25 minutos. Si te pasas de largo en el tiempo ideal de siesta, despertarás como un zombie. Te encontrarás incapaz de despertar plenamente de nuevo durante horas. Dormir esta cantidad de minutos te asegura una reposición de energías al 100%
5. Después del almuerzo es el mejor momento para una siesta. Justo después de comer es cuando tu cuerpo está en un ciclo natural de bajada. Deja de resistirte y acepta el hecho de que un bostezo en la tarde es un aviso con letras de neón que te dice: "TOMA UN DESCANSO."
Imagen CC vía cell105