Que penca cuando llega gente que se cuela a los carretes. Que cosa más desagradable, personajes que entran a las fiestas y que nadie cacha quienes son o que la mayoría no quería que vinieran. ¿Pero qué pasaría si los colados no están ahí porque quisieran?,de eso trata esta historia.
Una amiga llamada Cony se fue a vivir a una casa con dos locas más, por lo que harían un gran carrete de inauguración. Uno de mis mejores amigos y yo, fuimos invitados al evento, confirmamos asistencia y ella nos pasó la dirección de la casa.
Llegó el día y nos dirigimos al carrete. Chequeamos la dirección, era la correcta. Entramos a la casa y vimos que había harta gente, pero ningún conocido. “Deben ser amigos de las otras locas”, le dije a mi compadre. Nos empezamos a mover para ver si encontrábamos a la Cony, no la vimos. Llamamos a su cel, ocupado. Así que me acerqué a un personaje X y le pregunté por mi amiga.
-¿Y la Cony? - Ammm… fue al super, pero ya llamó y dijo que venía. - Bah! Qué raro, si me dijo que estaba aquí. - Estaba, es que salió recién, si el super queda a dos cuadras.
Mi compadre divisa a una pareja de conocidos, nos acercamos a ellos y empezamos a conversar, nos servimos unos vasos de Ron y nos comimos algunas cosas pa’ picar que habían. Estuvimos conversando como 20 minutos, hasta que suena mi cel. Era la Cony quién nos preguntaba dónde estábamos. Nuestro dialogo fue el siguiente:
-Aquí poh. - ¿Aquí donde? - En la casa, igual hay mucha gente… - … hay como 10 personas, y ustedes no están acá. - Pera, un loco nos dijo que tu habías salido a comprar… - Haber hueón… ammm, ¿dónde estay? - En (XXXX), la dirección que nos dijiste. - ¿Y hay un carrete ahí? - Sipo, obvio po’. - Jajajaja, salgan afuera.
Salimos donde ella nos dijo, y ahí estaba la Cony, esperándonos. Estábamos muy confundidos, ¿qué onda estaba pasando?, la cosa es que, si bien la dirección era la correcta nos equivocamos en la casa. ¿Cómo es eso posible?, fácil, eran casas pareadas, una era la 123 A y la otra, B. Cony y sus amigas vivían en la B y nosotros nos metimos en la A. ¡CHAN!
Si, sin querer nos colamos en una fiesta ajena, pero en nuestra defensa, ella no nos explicó ese pequeño detalle.
Obviamente nos reímos del asunto, más adelante en el carrete me puse a pensar: ¿los cabros del lado habrán notado que les falta una botella de ron, y que parte de las cosas para picar que habían, ya no estaban?... ah, y también quedamos con las ganas de conocer a la otra Cony, sólo queda decir, gente desconocida… sorry.
¿Les ha pasado algo similar? ¿Tienen alguna historia parecida?, comente y comparta.
Imagenc CC vía noeljordan