Una feria laboral no es una larga hilera de stands, donde regalan lápices y caramelos sino la cuna de las oportunidades donde tú debes convertirte en el candidato idóneo para las empresas.
El primer paso es revisar qué tan atractivo es tu currículum. Debe ser conciso y resaltar al inicio la trayectoria, la formación, el manejo de idiomas y algunas habilidades del postulante, que idealmente se vean respaldadas en las tareas desempeñadas. Por ejemplo, si alguien tuvo a su cargo a un equipo o un proyecto, es coherente que diga que posee liderazgo. Hay que llevar varias copias impresas del currículum, pero también tenerlo en un pendrive y en el correo electrónico. De esta forma, si es que alguien nos lo solicita en este formato, se lo podremos entregar de inmediato y además, le transmitiremos el mensaje de que estamos “siempre listos”.
A cambio de la entrega de tu currículum, recolecta todas las tarjetas de negocios que puedas, nunca sabes cuándo necesitarás esos contactos. Más vale tener conocidos que dinero, dice un refrán. Y siguiendo en esa lógica, hay que cuidar nuestra presencia en las redes sociales. Muchas personas querrán saber de nosotros al término de la feria y para ello irán a internet. Por eso, no hay que olvidar que aunque Twitter y Facebook son de acceso público y si no queremos que todos vean la foto de tu borrachera del viernes en la noche o se enteren de lo pésimo que te caen los empresarios y los políticos, es mejor que le pongas candado a tus publicaciones. Muchos están recurriendo a la útil formula de mantener dos cuentas: una para los amigos y otra con un perfil orientado a lo laboral y donde tus contactos sean personas o entidades con las que te relacionas o te quieres vincular en ese ámbito.
Una feria laboral es, en cierta medida, una cita, solo que aquí no se trata de conquistas románticas y sabemos que nadie quiere verse mal en la primera salida. Por ello, debemos cuidar también nuestra apariencia para la ocasión. Muchos recomiendan usar vestimenta formal, pero la verdad, la ropa elegida debe ir acorde con el perfil que queremos ofrecer y con las empresas y los cargos a los que se apunte. Si lo que nos interesa es trabajar en un proyecto donde la creatividad sea imprescindible, no servirá de mucho que usemos el clásico terno que nos acompañó en la graduación. O bien, si es que aspiramos a un rol gerencial, no es el día para llevar la manicure “flúor” que tan de moda está, pero que puede asociarse a un look demasiado infantil.
No olvidemos la comodidad, pues puede jugar en contra vestir muy elegantemente, con los mejores tacones, pero sentir que después de media hora, tendremos que arrastrarnos hacia el próximo stand a dejar nuestro currículum. O peor aún, que por tener el primer botón de la camisa cerrado, comencemos a sudar en mitad de una entrevista. Así que es importante que elijamos prendas que ya hayamos usado y que no transformen en una preocupación extra, sino que nos hagan sentir seguros.
El próximo consejo tiene justamente que ver con eso: proyectar confianza. Nadie va a contratar a alguien que ni se ha convencido a sí mismo que es un buen candidato para un trabajo. Por eso, es bueno preparar antes algunas palabras muy coloquiales para presentarse, sobre todo si se es un poco tímido e idealmente ensayarlas con alguien, para que nos pueda comentar qué tan natural parece nuestra introducción. De igual forma, hay que poner atención en nuestro lenguaje corporal, porque podemos tener un discurso lleno de contenido, pero si lo pronunciamos susurrándolo, mirando el suelo y con los brazos cruzados, lo único que conseguiremos es que nuestro currículum termine en el basurero. No solo las palabras comunican, los gestos también.
Asimismo, debemos mostrarnos informados de la contingencia. No es necesario que veamos todos los noticieros y leamos todos los diarios, pero al menos estar enterados de las dos o tres noticias más importantes del día y por supuesto, del que sea el titular del área donde nos interesa desempeñarnos.
Tenemos que saber a quiénes nos enfrentamos en una feria laboral, así que es trascendental informarse sobre las empresas que asisten y si van solo a marcar presencia o porque efectivamente están en un proceso de selección de personal. Recuerda el tiempo vuela y puede que no alcances a visitar todos los stands, así que es conveniente hacer una lista con las compañías en donde más te interesaría trabajar, para irlas visitando en orden.
Otro punto importante es mostrarnos siempre entusiastas Si bien no vamos a animar un cumpleaños, la actitud que debemos proyectar en una feria es de tener ganas de trabajar y aportar ideas, por lo que al momento de la conversación con quien nos entreviste, es ideal que mostremos atención en lo que se nos cuente de la empresa. Otra vez retomamos el ejemplo de la cita con una chica o un chico ¿Qué esperamos de eso? Conocer más a nuestra futura conquista y que él o ella conozcan más de nosotros, que eso que conozcan les guste y que le den ganas de seguir conversando con nosotros. Si vemos desinterés, claramente hay que cambiar de tema y hacer preguntas. Nadie quiere provocar sueño en un primer encuentro.
Imagen CC vía Universidad EAFIT