Cuántas veces te ha pasado que olvidas un trabajo y debes realizarlo en los computadores de la Universidad, y al momento de estar tipeando te acuerdas de por qué no te gusta la sala de computación. Sencillo, casi siempre o se quedan pegados, o te toca el que no tiene Internet, te molesta la bulla o que se reinicien y tener que pedir permiso cada una o dos horas.
Otras salas en cambio, los computadores parecieran que viajan. Son rápidos, el internet casi lee lo que piensas, pero casi nunca éste tipo de salas se encuentra disponible. En ocasiones, hay que pedir permiso a los profes, para no pelear con los PCs que son de uso general. Y, aún así, debes lidiar con una clase ajena, la cual, te puede jugar en contra, para concentrarte.
Lo feo
Casi siempre, las salas de computación se encuentran repletas en horas de estudios. Si quieres mayor tranquilidad, tienes que esperar hasta después de almuerzo o más. El sonido que envuelve a las salas o te apesta o te agrada. El tipeo, multiplicado por 20 o 30, te puede matar los nervios, aunque sabemos que los audífonos son tus amigos preferidos en esos momentos.
Por otra parte, existen los típicos grupos que sólo conversan, se ríen y te distraen. No es ser amargado, pero cuando estás bajo presión, necesitas las condiciones necesarias para rendir. Aunque, en varias ocasiones uno es parte de esa bulla. Y para rematar, cuando tienes hambre, aparece el tío señalándote que no se puede comer en la sala, por lo que o te mueres de hambre o debes abandonar un rato el PCs.
Lo malo
Muchas veces, te toca justo el compu que es lento, no tiene todos los programas instalados o simplemente se pega por nada. Sumado a esto, debes pedir que te reinicien el PC cada cierto tiempo para que exista la rotación en la sala o debes esperar un largo periodo, para ocupar el bendito computador desocupado. Siempre en época de exámenes, las salas se ocupan el triple.
Y la típica, es que justo cuando lograste un computador, el Internet comienza a fallar. En algunas máquinas, casi siempre está bloqueado Facebook o alguna página masiva y no falta el momento en que necesitas de verdad utilizar esta herramienta y la sala no te ayuda en nada.
Lo bueno
En momentos en que el computador de la casa está malo o simplemente no terminaste el trabajo, la sala de computación te salva de apuros. Además, existe la ventaja de estar con gente de la carrera a quienes puedes consultar sobre x tema. El Internet o los computadores, a veces pueden ser más rápido que el hogareño y si compartes PC, las salas se convierten en tu rescate.
Si bien, cada día los planteles de Educación Superior deben invertir en sus computadores y avanzar en tecnología, hay varias máquinas que están por jubilar y aún existen. Desde un punto de vista muy positivo, quién sabe si conoces a alguien especial en una sala que , a veces, no es tan amigable.
Y tú ¿qué agregarías?
Imagen CC Francisco Aguayo Guizar