Fue en una enésima parada de bus camino a Valdivia que lo vi: el letrero que anunciaba que la Universidad Arturo Prat estaba instalada en Victoria. Si jamás han escuchado hablar de Victoria y no entienden mi sorpresa, aclaro que es una comuna de la Araucanía, que tiene alrededor de 30 mil habitantes y que en verano se llena de mochileros hippies de camino al Parque Nacional Tolhuaca. Fue así, que me percaté que hoy nos salen las casas de estudios hasta en la sopa; lo cual es muy bueno por la descentralización, igualdad de oportunidades y todos esos conceptos bacanes de los que hablan en la tele.
Este fenómeno es el resultado de un largo proceso, que se remonta a los tiempos en que estudiar era un privilegio y a nadie se le había ocurrido inventar las becas que llegan atrasadas, los almuerzos sanos Sodexho o los créditos que duran la mitad de tu vida laboral. Poco a poco, hombres visionarios fueron dando el brazo a torcer al destino, fundando las instituciones que conocemos. Y muchas de estas tuvieron unos orígenes bastante más revolucionarios de lo que hoy son. Es por eso, que en Universitarios queremos invitarte a ver el antes y después de algunos planteles, partiendo por los nombres con los que nacieron y un poquito de su historia.
1.- La Universidad Técnica del Estado
Hoy es la Universidad de Santiago y muchos otros planteles regionalesHeredera de la Escuela de Artes y Oficios, esta institución pública se fundó en 1947, año en que la Unión Soviética estaba en su peak, Evita Perón hacía llorar a Argentina y los primeros hipsters inventaron las cámaras polaroid. Se fundó como un espacio para el pueblo, para los hijos de obreros y campesinos, y su misión era que los estudios superiores estuvieran al alcance de todos. Les fue bien, porque era el segundo centro de este estilo en Chile, así que decidieron instalar muchas sucursales desparramadas por todo el país, como un McDonald’s educacional.
Todo iba bien, hasta que en 1973 -por alguna extraña razón- las autoridades decidieron que no había que darle tanta autonomía y recursos, porque era peligroso y porque el plantel estaba pasado a protesta, vino en caja y Marx. Fue sometida a una gran presión hasta que, con la reforma de 1981, la Universidad Técnica del Estado se fragmentó en mil pedazos, para dar a luz a la U. de Santiago, U. de Atacama, U. de Antofagasta, U. de La Serena, U. de Talca, U. del Bío-Bío, U. de la Frontera, la U. de Los Lagos, el Instituto Profesional de Valdivia (integrado después a la U. Austral) y la U. de Magallanes.
Así que si perteneces a algunas de las anteriores y a veces te preguntas por qué tus compañeros son tan activos y combatientes, ahí tienes el motivo: está en la genética de la misma casa de estudios.
2.- El Departamento Universitario Obrero Campesino
Hoy, sólo queda la siglaLo fundaron con este tremendo nombre a finales de los 60’s, porque en esos tiempos la gente no andaba tan apurada y no abreviaba todas las cosas. Lo fundó el primer rector laico de la Universidad Católica, don Fernando Castillo, con el fin de dar educación gratuita a los estudiantes de más baja extracción social. Desde 1974 se empezó a chacrear la cosa (qué raro, se parece a la historia anterior) y este departamento empezó a mutar, hasta convertirse en el instituto profesional con mayor obsesión por los ventanales: DuocUC.
3.- Instituto Profesional de Iquique
Hoy, Universidad Arturo PratPartió como un centro de estudios dependiente de la Universidad de Chile, tras varias peticiones de la Asociación de Profesionales de Iquique por tener una bendita casa de estudios en toda la ciudad norteña. Luego, con el típico descalabro de la reforma educacional del 81, pasó a ser el Instituto Profesional de Iquique. Tres años después de esto, cogió el nombre del saltarín héroe patrio y se transformó en el plantel regionalista y piola en los ránkings que hoy conocemos.
4.- Universidad de San Felipe
Base para la Universidad de Chile La historia educacional de Chile parte con lo que podría ser la tatara-tatarabuela de la U. de Chile, que se llamaba Universidad Santo Tomás de Aquino. Y no, no hablo del actual instituto profesional de canción publicitaria pegota. Esto ocurrió hace tanto, pero tanto tiempo, que cuando la fundaron éramos una colonia chica y sin gracia para los españoles, porque no teníamos oro (solo cobre y salitre). Casi un siglo después, en 1728, el humilde y poco ególatra Rey Felipe V mandó a fundar la Universidad de San Felipe. Esta fue la primera casa de estudios real, docente y de claustro en el país. Como no estaban muy apurados, dejaron pasar otro siglo más y no fue hasta 1842, que sobre estas mismas bases, fundaron los estatutos para la Universidad de Chile.5.- Escuela Industrial del Salitre
Hoy, Universidad de AntofagastaDe todos los centros estudios, este es el que tiene más personalidades múltiples. Sus inicios se remontan a 1918, con la creación del primer establecimiento educacional para la mano de obra de Antofagasta: La Escuela Industrial del Salitre. Después, los cambios de nombre se vinieron heavy. Se alargó a Escuela Industrial del Salitre y Minas, luego se volvió la Escuela de Minas de Antofagasta; como quizás los bacilaron mucho con ese último nombre, decidieron pasar a ser parte de la Universidad Técnica del Estado.
En paralelo, se comenzó a construir una ciudad universitaria, bajo el alero de la Universidad de Chile. Apenas terminada, se inauguró el Colegio Regional Universitario de Antofagasta. En 1968, éste pasó a ser una sede regional de la U. de Chile, con más autonomía y lucas.
Hasta que finalmente, el Darth Vader de la educación: Con la reforma de 1981 decidieron que este plantel no se había cambiado el nombre la suficiente cantidad de veces. Así que mediante decreto, se fusionó la Universidad Técnica del Estado de Antofagasta y la Sede Regional de la Universidad de Chile, dando origen a la actual Universidad de Antofagasta.
Ya hemos escrito harto y no queremos seguir quitándoles el tiempo. Sólo contarles que quedan más tomos de “el pasado te condena, universidad” y que con paciencia y algo de Google, pueden seguir descubriéndolos por su propia cuenta.
Foto CC vía Matías Aros