No hay nada más desagradable que ser practicante, subirte a la micro y a pesar de que muestres todos los papeles del mundo, el micrero no te quiere cobrar escolar, o si lo hace, te acepta en su transporte de mala gana y te mira feo. A mí me pasó lo último y con bonus track…
Yo era practicante en un diario importante de la Quinta región, después de un día jodido me dispuse a irme a mi casa. Hice parar una micro y me subí a la máquina, saqué las monedas, mi certificado de práctica y mi pase. Un escolar, por favor, le dije. El microbucero, un viejo canoso, con lentes, y bien macizo, me mira, ve mi documentación y dice: “pffff… otro vividor más”.
No lo pesqué y me fui a sentar, pero el chofer no se callaba, gritaba: ME EMPUTECE QUE ESTOS CABROS DE MIERDA SE APROVECHEN DEL PASE Y… bla bla bla. La verdad, me puse a escuchar música y lo ignoré, ni ahí con pelear con un viejo prepotente. Al parecer, eso enfureció más al micrero que se ponía más rojo y gritaba más fuerte por mí indiferencia.
Pero luego, entró otro personaje al baile… la vieja cu***, lo siento… no hay otra palabra para definirla… bueno, es la típica anciana metiche que mete más leña al fuego: “y no sé porque el joven no le paga pasaje completo, si en las prácticas les pagan”, y el micrero le responde: “¡Toda la razón, dama!, usted lo ha dicho”.
Entre los dos empezaron a hablar de mi horrible crimen de no pagar el pasaje completo, lo cual me convertía en un ser horrible, despreciable, sucio y que estaba al mismo nivel de Hitler. Los otros pasajeros miraban incómodamente a este par de personajes, mientras yo los ignoraba.
Luego vino la típica historia de vieja cu***, para hacerte sentir mal: “y pensar que antes, uno caminaba como 20 cuadras para tomar la micro, y ahora pasan por todas parte, y los jóvenes se aprovechan”. Oh, basta con el violín, si la micro no era tuya anciana…
Pero luego, viene la típica carta que las señoras penetradas sacan… el nieto. Ese típico joven que ellas lo hacen ver como el más perfecto del universo, él es el más caballero, él más atento, él que las hace toda, él que le sonríe a los ciegos y les devuelve la visión, etc. Para ellas, su nieto es un Jesucristo/Superhéroe en miniatura. ¿Por qué lo sacó al baile, se preguntarán?, porque está en el manual de viejas cu*** hablar del nieto para compararlo con otro joven, por eso, aunque la situación no tenga nada que ver…
Y siempre he pensado que esos nietos idealizados, deben ser flacos más comunes que un perro quiltro, que con suerte mueven un dedo y no están ni ahí con ella. Es mi impresión.
Cuando la tortura de escucharlos hablar por casi 10 minutos terminó, se subieron dos estudiantes en práctica y vuelta a lo mismo, ellos le dieron más combustible al micrero prepotente y la vieja cu***
No lo soporté más, así que exploté y tomé una decisión… una arriesgada decisión. Me paré, saqué mi credencial del diario y se la mostré y le dije: “Caballero, soy periodista del diario X, nos han llegado muchos reclamos de estudiantes que nos han informado de que un chofer de esta línea los trata con insultos cuando quiere pagar escolar, y usted coincide con la descripción que los jóvenes nos han entregado, ¿es usted?, ¿me puede dar una declaración al respecto?”. Por supuesto, esto no era cierto, sólo quería que se callaran.
Amagó a pararse, pensé que me iba a golpear o echar del bus, pero al parecer, vio la foto de la credencial y confirmó que era yo. Me miró y me dijo: “vaya a sentarse joven, por favor”… yo le insití, “¿me va a dar una declaración o no?”, “no, no, no… estoy manejando”. Me devolví a mi asiento.
El micrero no siguió hablando y la vieja cu*** quedó en mute, la gente dentro de la maquina me sonrió como diciendo: gracias por hacer callar a esos hueones. Cuando me bajé le dije al chofer, “gracias”, él no me respondió… orgulloso, el veterano. Gané la batalla.
Nunca más los he vuelto a ver, ni al viejo ni a la señora. Quizás se hicieron amigos y ahora están odiando juntos a la juventud y al mundo, y alabando al super nieto de la vieja cu***